El arranque de la 65 Legislatura, muy plural en su conformación, constituye un amplio muestrario de ciudadanos representando a una multitud de grupos, facciones, profesiones, gremios, activismos, sectores e intereses, pero que tiene ante sí el reto de alcanzar acuerdos, necesidad que admiten los mismos coordinadores en cuanto a pensar en el bienestar del país antes que en consolidar posiciones de las distintas fuerzas políticas representadas.

Se trata de un conglomerado en el que habrá menos políticos de trayectoria, pero más representantes ciudadanos con demandas específicas a las que habrá que poner atención.

También habrá paridad de género y se tendrá la representación de la diversidad sexual, así como de la defensa de grupos marginados o invisibilizados, como los indígenas o los discapacitados.

Este escenario se combina con que el grupo que dominaba la anterior legislatura ahora ha perdido su mayoría, y por tanto está obligado a buscar diálogo y consensos, para que las propuestas y los proyectos fluyan, y no se encuentren con el muro de la intolerancia o el de la incomprensión.

En el pasado proceso electoral se impulsó que hubiera representación de pueblos indígenas, de discapacitados; es decir, una gran variedad de posturas y necesidades. Parece que por primera vez está el país casi realmente representado o en lo más cercano a ello, tal y como es México: diverso.

El reto o lo que espera el país de esta legislatura es que se escuchen todas las voces, especialmente de aquellos que disienten del proyecto de gobierno, pero con apertura de criterio y con sensibilidad de entendimiento, para detectar errores y valorar las propuestas ajenas —sin descalificar su origen— que pueden ser útiles para el bien de la nación.

El objetivo para este nuevo grupo de legisladores es apostar a que se va a actuar de manera diferente y atender a todas las voces y demandas, para establecer consensos.

El país tiene muchos problemas como para que en el Congreso se concentren solo en la discusión política, en las pugnas internas, en el reparto de las cuotas de poder o en ver de qué manera se puede obstaculizar la labor o el avance del grupo contrario, en lugar de mirar todos por el destino y bienestar en común. Pluralidad y entendimiento esta vez serán las claves.