El combate al huachicol fiscal está llamado a marcar un antes y un después en la lucha contra la corrupción que se ha fijado el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.

En este caso se ha revelado la complicidad entre empresarios y funcionarios de Aduanas. que desde el sexenio anterior están bajo el control de la Secretaría de Marina. Millones de litros de combustible —reportados únicamente como aditivos— llegaban en buques a las Aduanas, principalmente de Tamaulipas, para evadir el pago de los respectivos impuestos, lo que daba como resultado millonarias ganancias mal obtenidas y un millonario perjuicio a la hacienda pública.

Hablar de millones de litros de combustible, a bordo de enormes embarcaciones, reportados de manera fácil como otro producto ante una oficina oficial, implica forzosamente una colusión con altos funcionarios para garantizar que el ilícito pudiera cometerse sin mayor riesgo. Muchas ventanillas tuvieron que ser sobornadas en este entramado. En las primeras investigaciones se menciona a elementos de la Marina, a personal de Aduanas y a empresarios.

Limpiar las Aduanas nacionales y ofrecer cero impunidad contra quienes resulten responsables de haber cometido ilícitos es una decisión que entraña valor y determinación en la ruta para acabar con prácticas corruptas.

En esta cruzada la instancia que está bajo la lupa es la Secretaría de Marina, una dependencia que en los últimos años ha sido ejemplo de honestidad a la hora de realizar operativos contra grupos criminales.

El rango de eficiencia y de probidad fueron reconocidos incluso por autoridades de Estados Unidos.

El prestigio ganado se encuentra tambaleante en este momento, pero llevar ante la justicia a los involucrados, del nivel que sean, será la única forma de no demeritar lo conseguido por la Armada: haberse convertido en una institución de sobrada honestidad y confianza. Quienes resulten responsables tendrán que ser sancionados penalmente para que las malas prácticas descubiertas no empañen la labor de la Marina y se siente un precedente de que no se permitirán actos de corrupción.

El delito del huachicol seguramente no terminará con el castigo a integrantes de la Marina y de Aduanas, pero haber iniciado su erradicación debe representar la desaparición de esa práctica que golpea las finanzas nacionales. Es una ruta que no debe abandonarse, sino consolidarse con el valor que se está mostrando hasta el momento.

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