Al considerar que se está en el punto más bajo de riesgo sanitario desde que inició la pandemia, luego de que se obtuvieron por primera vez cero puntos de un sistema de 40 —mismo que se empleó para determinar las fases del semáforo sanitario mientras se estuvo en contingencia—, las autoridades de la Ciudad de México anunciaron que el uso de cubrebocas en espacios abiertos deja de ser obligatorio, pero que tampoco se amonestará a quien de forma voluntaria prefiera seguirlo portando.

Una marcada caída en los contagios tras el paso de la ola de la variante ómicron, que fue altamente contagiosa pero que afortunadamente pasó más rápido que las olas anteriores, hace que el uso del cubrebocas como medida preventiva en espacios abiertos pasa a ser voluntario, pero se mantiene en lugares cerrados, como el transporte público o en dependencias, escuelas y hospitales, entre otros.

Como lo han señalado diversos especialistas tanto dentro como fuera del país, el cubrebocas o mascarilla es un accesorio que llegó para quedarse, y cuya utilidad no solo se circunscribe a la prevención de los contagios por Covid, sino de prácticamente la totalidad de enfermedades respiratorias de origen viral y bacteriano. En este punto sería interesante saber si estadísticamente también hubo una caída en el número de casos de otras patologías de vías aéreas mientras estuvo en curso la pandemia de Covid-19.

Es previsible que al coincidir la medida de permitir el tránsito sin cubrebocas en lugares abiertos, con el inicio de la temporada de calor, se perciba un casi súbito desprendimiento masivo en el uso de dicha protección.

Además, el anuncio de las autoridades puede dar a la gente el falso mensaje de que la pandemia terminó pero hay que hacer hincapié en que el coronavirus SARS-CoV-2 llegó para instalarse entre los habitantes de este planeta y sigue manteniendo su capacidad de mutar, por eso es indispensable mantenerlo bajo control y no dejar que afecte a personas inmunodeprimidas.

Ha costado tanto y dejó tantos estragos en pérdida de vidas y secuelas en la salud de quienes lograron sobrevivir al virus, que no sería justo que lo avanzado en materia sanitaria y de prevención de infecciones, se perdiera por una relajación colectiva, pues no hay que perder de vista que en China se han reportado nuevos rebrotes de la enfermedad.

Hay que mantener las previsiones, y hasta donde sea posible evitar las concentraciones públicas y mantener la sana distancia. Asimismo, hacer caso a las recomendaciones de la OMS, que reitera su petición de no confiarse ni bajar la guardia sanitaria.

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