Por la atracción que ejerce la economía de Estados Unidos y el espejismo de sus oportunidades de progreso, prácticamente personas de todo el continente americano, e incluso de otras regiones del planeta, se movilizan por su geografía con destino a la potencia norteamericana.

Sin embargo, la pandemia de Covid-19 que enfrenta el mundo y los esfuerzos de cada país para inmunizar a sus ciudadanos ahora que ya hay vacunas disponibles, ha hecho que los migrantes caigan en una especie de limbo en el que no están considerados para ser inoculados pero que, no obstante, serían por su naturaleza uno de los grupos de mayor riesgo de propagación de la enfermedad y quienes, sin proponérselo, podrían hacer fracasar los planes de cada gobierno para atajar la expansión y permanencia del virus en sus territorios.

Es la advertencia que en la edición de hoy de este diario hace un epidemiólogo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), quien alerta sobre la necesidad y vital importancia de incluir en las campañas de vacunación a los millones de migrantes que se desplazan por el territorio americano, y de colocarlos en un estatus especial en el que no se les exija documentación alguna, ya que muchos de ellos carecen de ella.

Pero el propio riesgo del virus y la posibilidad de caer enfermos son solo uno de los obstáculos que van a enfrentar en su traslado estas personas, también deben enfrentar la resistencia de los residentes de los países por los que transitan, quienes exigirán incluso con ira que no se les vacune a ellos, mientras haya pobladores que no reciban primero ese beneficio.

La vulnerabilidad epidemiológica de los migrantes es una situación que no se puede desdeñar. A su paso por un país, son personas que pueden ser portadoras o también enfermar durante su tránsito de migración, pues conviven con los habitantes de cada región y por lo general son quienes más carecen de nociones de protección sanitaria, o que por pobreza no pueden adquirir los insumos necesarios para evitar contagiarse.

Afortunadamente, mexicanos en Estados Unidos van a recibir la vacuna, gracias a las gestiones hechas tanto por los consulados como por las organizaciones civiles que velan por su protección y derechos sociales y humanos. Aunque cierto es que muchos migrantes connacionales, por miedo a ser detectados, tal vez eviten la vacuna.

Con todo, es un deber de humanidad extender la cobertura de las vacunas a quienes están en el país solo de paso, ya que al protegerlos, nos protegemos.

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