La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, publicada por el Inegi, revela que aunque ha habido en México un repunte en la creación de empleos, en su mayor parte son de carácter informal, sin prestaciones y de bajos salarios, por lo que aún no constituyen una solución a la crisis laboral y económica que experimenta el país.

La calidad de los trabajos creados no es la deseable al no satisfacer los estándares básicos de bienestar, por lo que no puede hablarse aún de una plena recuperación del empleo, que ya de por sí evidenciaba un severo deterioro antes de que impactara la pandemia en nuestro territorio.

Al analizar la creación de poco más de 2.2 millones de empleos nuevos en el segundo trimestre de este año, se detectó que 1.8 millones de éstos se asientan en el ámbito de la informalidad, que constituye el sector predominante en el que se mueve la población económicamente activa y en el que entran por igual los campesinos, personal de servicio doméstico y comerciantes semifijos o ambulantes.

Sin embargo el gobierno lo presenta como un logro, y reitera que además de nuevos empleos, están también todos los apoyos sociales, que nunca se habían otorgado tanto como ahora, pero expertos advierten que la transferencia de recursos no sustituye al empleo ni al ascenso social, por lo que repartir dinero si bien ayuda a satisfacer necesidades inmediatas de las personas, constituye en realidad un espejismo sin expectativas de largo plazo, que no ayudan a acabar con la pobreza y, por el contrario, incentivan que las clases marginadas permanezcan indefinidamente en el bache social en el que se encuentran.

Antes de la pandemia se anunciaban diversos planes de infraestructura por parte de la iniciativa privada. El Covid vino a detenerlos, pero deberían retomarse y dar facilidades a empresarios para crear puestos de trabajo con seguridad social.

Hace unas semanas el gobierno estadounidense anunció el más ambicioso programa de infraestructura destinado especialmente a reactivar la economía norteamericana y permitir hacer frente a la competencia comercial con China, generando de paso millones de empleos. Según lo expresó el presidente Joe Biden, “son inversiones que no podemos dejar de hacer”.

México no puede ejecutar un plan similar por la escasez de recursos, por lo que el apoyo de la iniciativa privada se vuelve clave en el país. Ojalá y que todo intento del sector empresarial encontrara correspondencia en el gobierno mexicano, solo así se podrán generar los empleos de calidad que nuestra nación tanto requiere.