Todavía no se pueden adelantar juicios en tanto se realicen las investigaciones y los peritajes necesarios para conocer las causas que suscitaron ayer la conflagración en el puesto central de control del Sistema de Transporte Colectivo-Metro de la Ciudad de México, y si bien no hay una certeza absoluta que permita adelantar que tras el incendio en el PCC del metro estuvieron los recortes de presupuesto y la falta de mantenimiento, es un hecho que diversas voces dentro y fuera del STC han advertido de los riesgos que corren tanto las instalaciones como los usuarios por el fin de su vida útil tras más de medio siglo de servicio de las tres primeras líneas de la red.
Lo que sí es un hecho admitido tanto por el gobierno capitalino como por la administración federal, así como lo expresado por la propia directora del metro, Florencia Serranía, que reconocen que hay obsolescencia de infraestructura y un rezago en el mantenimiento de las instalaciones y en la sustitución del parque rodante del metro, que si bien se ha estado realizando en la medida de las posibilidades del sistema, no ha logrado conjurar el peligro de contingencias y paro de funciones. El propio sindicato del STC ha señalado también innumerables veces que se corre el riesgo de graves accidentes así como de fallas en los equipos que suministran la energía necesaria para movilizar los trenes.
Ya desde marzo del año pasado, cuando se suscitó un accidente de consecuencias fatales en la estación Tacubaya, como ahora que un incendio en el corazón y cerebro del sistema obliga a suspender el principal servicio de transporte de la capital, con la consiguiente afectación de millones de viajeros, se hace evidente que el sistema está ya dando de sí, con riesgo de incidentes de dimensiones aún mayores.
El gobierno capitalino cumplió en solicitar un presupuesto para modernización del metro, mismo que no le fue autorizado quizá con la idea de atender emergencias como la de la pandemia, pero es un hecho que se tiene que hacer una revisión exhaustiva del sistema en su conjunto.
Con este nuevo llamado de alerta, el gobierno de la ciudad y el federal, junto con la bancada legislativa mayoritaria de Morena, deben tomarse más en serio la atención que hay que brindar a la infraestructura que está al servicio de la ciudadanía, y considerar que si bien hay una emergencia sanitaria que se debe atender, tampoco se deben descuidar otros rubros que afectan igualmente a los habitantes del país y que igual que el Covid, también pueden poner en riesgo no solo las actividades de la población sino las vidas de miles de mexicanos.