Como un fracaso es como se está viendo la política de contención migratoria emprendida por nuestra nación y que se refleja en un aumento constante en la cifra de detenciones de migrantes en distintos puntos de su paso por el territorio de México en su ruta hacia la Unión Americana.

Ahora se teme que la migración a Estados Unidos se incrementará notoriamente con la eliminación del Título 42, decretado al inicio de la pandemia y durante la gestión de Donald Trump para legitimar la expulsión masiva de migrantes argumentando razones sanitarias de emergencia, medida cuyo fin llevaría también a que aumentara el paso de migrantes indocumentados de todas las nacionalidades, pero especialmente latinoamericanas por nuestro territorio, con la consiguiente cauda de problemas derivados de su tránsito hacia la frontera norte mexicana.

Atrás parecen haber quedado los discursos que prometían puertas abiertas en México y los ofrecimientos de trabajo para todo migrante que lo solicitara. La realidad es que el aumento creciente en el número de detenciones, la mayor parte de ellas realizadas con poco o nulo respeto a la dignidad humana, hablan de políticas de contención, pero especialmente de desalentación, que han fracasado en sus propósitos, métodos y objetivos.

También parece que la política migratoria olvidó que se trata de una situación que también viven los mexicanos que intentan entrar ilegalmente a EU en busca de las oportunidades de progreso que en México no se les dan y que programas como Sembrando Vida parecen no estar resolviendo o no funcionando con los resultados que se esperaban con este tipo de iniciativas. 

Ahora, para contener la problemática que amenaza con agravarse, será necesario que México redefina sus políticas migratorias, sus protocolos para un trato más apegado al respeto de los derechos humanos y un mayor acercamiento con el gobierno de Estados Unidos para repensar planes de acción conjuntos y de apoyo mutuo en este sentido, ya que ambas naciones resienten en mayor o menor grado el impacto de la migración masiva. 

También es necesario un análisis a fondo del problema migratorio y un rediseño, con los países de origen de las migraciones, de políticas destinadas a atender las causas que están motivando los desplazamientos masivos, ya sea por falta de oportunidades laborales o escapando de la violencia en sus lugares de origen. Todavía es posible encontrar una solución.