Un escenario casi generalizado de estancamiento o de muy lenta recuperación es el que exhibe la industria mexicana en su conjunto tras el paso de lo más fuerte de la pandemia de Covid-19, y en donde hasta 26 de los 32 estados de la República, y pese a la reactivación casi completa de su economía, muestran todavía niveles por debajo de los que se encontraban en 2019.
Según los especialistas, el efecto combinado de carencia y/o encarecimiento de materias primas, anulación de segundos turnos u horas extras y ausentismo por el Covid, marcaron la caída de la industria en México durante la pandemia y están lastrando su recuperación durante 2022.
Solo seis entidades obtuvieron ligeros repuntes de su actividad industrial comparados con lo que alcanzado hasta 2019: Chiapas, Oaxaca, Baja California, Nayarit y Chihuahua. Caso inédito es el de Tabasco, cuya industria, al cierre de 2021, se recuperaba con un índice de 24.2% por encima de lo que había registrado en 2019.
Sin embargo, cuando la pandemia daba visos de poder comenzar a ser superada, la invasión de Rusia a Ucrania vuelve a sacudir los mercados internacionales, incrementando precios de hidrocarburos y otras materias primas, y detonando aún más la inflación que ha estallado desde meses atrás en México, tal y como lo ha advertido un reporte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Y es que el BID advierte que una combinación de bajo crecimiento en Estados Unidos —con el cual México tiene hipervinculada su economía— y el alza de los precios del petróleo por el conflicto en Ucrania, tendrá necesariamente crudas repercusiones en las economías latinoamericanas y del Caribe, y especialmente la mexicana por ser gran socio comercial de los norteamericanos.
Para México, el BID pronostica para los próximos tres años una caída de más de 2% en su Producto Interno Bruto, contados a partir de este 2022, lo que augura un escenario de mayor pobreza para toda la región latinoamericana, tras los impactos combinados de la pandemia y la guerra ruso-ucraniana. Así, en este desolador panorama, las expectativas de crecimiento prácticamente se esfuman para América Latina.
Ojalá que el gobierno comprenda que la industria mexicana es el más fuerte motor de la economía nacional y que para alcanzar una plena recuperación se requiere de su apoyo y de trabajar codo a codo con la iniciativa privada, pues solo así se conseguirá sacar a flote al país y sus empobrecidos habitantes.