Read in English
Prohibida por más de 80 años, en concordancia con el principio de no reelección en puestos públicos de gobierno, la reelección de diputados y senadores es ya una posibilidad con que pueden contar los legisladores a partir de la reforma aprobada hace seis años, en 2014, y para la cual desde ayer comenzaron a hacer la discusión para definir sus procedimientos y reglamentaciones internas en el proceso, así como estudiar todas las circunstancias y vacíos legales que pudieran generarse antes, durante y posterior a cada proceso de transición.
Es necesario precisar que los legisladores, a diferencia de miembros del Poder Ejecutivo como el Presidente de la República y los gobernadores de los estados, sí contaban con la posibilidad de volver a ocupar un mismo escaño siempre y cuando dejaran pasar un periodo de receso. A partir de la reforma de 2014, podrán reelegirse de manera consecutiva hasta por cuatro periodos.
En teoría este recurso se creó tomando como ejemplo el modelo estadounidense, para que los legisladores respondan más a los distritos a los que representan que a sus partidos, así como dar continuidad a su trabajo y abonar en la rendición de cuentas, estrechando la relación con sus representados, a la vez de posibilitar su profesionalización en la carrera legislativa.
Quienes ahora se encuentran en una disyuntiva son los legisladores de Morena, partido cuyos estatutos prohíben la reelección pero que constitucionalmente les está permitida, por lo que quienes desde esa organización política busquen permanecer más de un periodo en su mismo escaño, cuentan con la posibilidad de ampararse y ganar el litigio, ya que es un derecho que les garantiza la Carta Magna.
Por el lado de los electores, la sociedad debe involucrarse más en la labor que ejercen sus representantes, desde conocer quiénes son, a qué partido pertenecen, su trayectoria, qué iniciativas apoyan o cuáles rechazan y por qué, etc. Por el lado de los partidos, supervisar que sus legisladores no descuiden su labor legislativa por estar en campaña en pos de la reelección, por lo que deben establecer si aquéllos que aspiren a un segundo periodo, deben solicitar licencia o no ante su organización política. Y es que algunos partidos, ahora minoritarios en el Congreso, temen que la ausencia de sus legisladores cuando estos estén en campaña, sea aprovechada por el partido mayoritario —Morena— para aprobar iniciativas que de otro modo pudieran no contar con consenso si no hubiera el número necesario para hacerles frente. Hay que estar vigilantes con respecto a esta nueva modalidad.