La inseguridad, por enésima ocasión, se convierte en uno de los desafíos más importantes para un gobierno al iniciar el año. La cifra de homicidios dolosos permanece en índices elevados, rayando en casi 100 casos al día, y las escenas de violencia en calles de varias ciudades mexicanas no ceden.
2021 concluyó con destinos turísticos amenazados por bandas criminales. Acapulco, por ejemplo, concentró 418 de los mil 88 homicidios dolosos cometidos en los primeros 11 meses del año pasado en Guerrero, equivalentes a casi 40 por ciento del total. Cancún vivió escenas de enfrentamientos entre presuntos integrantes de bandas criminales en zonas de playa. En Tulum, la violenia alcanzó incluso a turistas internacionales. Además de los estragos por la pandemia, de la cual no pueden reponerse, los principales puntos de atracción turística enfrentan ahora la amenaza criminal sin importar la hora del día.
2021 pasa también a la historia como el año en el que a plena luz un grupo criminal recorrió calles de Reynosa para disparar contra civiles y matar al menos a 15 personas. Dispararon sin miramientos contra quienes hacían su vida normal en la ciudad fronteriza.
2021 fue el año en que la población de Aguililla y Coalcomán (en Michoacán) clamaron por ayuda ante el embate de bandas del crimen organizado, que todo lo controlaban: comercios, autoridades, entradas y salidas...
Las escenas de colgados, desmembrados y personas que aparecían asesinadas en las vías públicas fueron también comunes en Guanajuato o Zacatecas. En las primeras horas de 2022 la tendencia en las zonas azotadas por la violencia se mantenía en la misma dirección de los últimos meses.
Con el objetivo de controlar la violencia, se pusieron en marcha planes de seguridad para Guerrero, Michoacán y Zacatecas. Acciones que deberían ser específicas para cada entidad y no apostar a la misma fórmula que se ha seguido en los últimos tres sexenios: dar prioridad al despliegue de elementos federales, lo cual produce un momentáneo control de la situación, sin ir a la raíz de las causas.
Expertos insisten en la necesidad de generar corporaciones locales capacitadas y equipadas para enfrentar a la delincuencia. La experiencia dicta que mientras se apueste todo a la fuerza federal los resultados son efímeros, no permanentes. El gran desafío de 2022 requiere nuevas luces para alumbrar las regiones oscurecidas por la inseguridad.