La filtración de un documento en el que aparentemente se sugiere a los miembros de la Suprema Corte de Estados Unidos revertir el derecho de las mujeres al aborto y que limitaba la intervención del Estado hasta el último tercio del embarazo , podría convertirse en la antesala del fin de uno de los principales logros civiles de ese país.
El derecho al aborto en EU se pudo haber hecho ley desde los tiempos del presidente William Clinton , pero en ese momento solo se quedó como un fallo judicial que ahora está en serias posibilidades de ser revertido, por el conservadurismo imperante de algunos sectores de la sociedad norteamericana y la reticencia del Congreso en abordar el asunto.
Hoy, las alertas que se han despertado tras la divulgación del supuesto documento que habría sido dirigido a los legisladores norteamericanos, parecieran ser parte de una regresión que está recorriendo al mundo y que se manifiesta en una de las naciones en las que tradicionalmente ha habido una intensa lucha por los derechos humanos y en especial de las mujeres.
En momentos en que el movimiento feminista mundial ha cobrado más fuerza que nunca, es de preocupación que el fantasma del conservadurismo se cierna sobre Estados Unidos, ante la posibilidad de que los representantes de 26 estados en los que impera una mayoría conservadora, puedan revertir uno de los principales logros de las mujeres norteamericanas.
Estados Unidos, ahora bajo una administración demócrata que se dice progresista, pasa sin embargo por el control del poder judicial con perspectiva republicana, donde varios de los ministros de la Suprema Corte fueron nombrados durante el gobierno de Donald Trump, y que han impuesto su pensamiento en ese poder del Estado norteamericano.
Por lo pronto, en Florida ya se firmó una ley estatal que reduce el número de semanas en los cuales una mujer puede optar por abortar sin ser objeto de penalización, lo que afecta en especial a las mujeres de los estratos marginados, al generarles gastos adicionales para recibir atención médica especializada o traslados a otros estados del país en el que no apliquen las restricciones legales.
Ojalá que en el vecino país del norte impere el sentido común y aún los legisladores de tendencia conservadora no echen para atrás una conquista que, si bien aun requiere más análisis y ajustes, sí permite a las mujeres ejercer su libertad individual y su derecho a elegir en la esfera de su privacidad.