La muerte de Hugo Carbajal, un joven de 15 años que perdió la vida al asistir a una fiesta en un salón de eventos en el municipio mexiquense de Jilotzingo, vino a recordar que en este país sus habitantes consideran que la justicia solo se consigue con protestas, plantones o bloqueos para presionar a la autoridad correspondiente.
El crimen ocurrió el pasado 2 de abril y pese a la pronta acción de familiares y amigos para que las autoridades del Estado de México actuaran de inmediato y detuvieran al inculpado, a su parecer éstas no tomaron las acciones necesarias para aclarar el caso, al esperar una orden de aprehensión que tardó mucho en liberarse.
La rabia e impotencia de la familia les hizo tomar una drástica medida: cerrar por más de 14 horas una de las más importantes vialidades de la Ciudad de México y vía de acceso desde los estados de México, Hidalgo y Querétaro, con la consiguiente afectación para decenas de miles de habitantes de la Zona Metropolitana que utilizan el Periférico Norte, consideraro columna vertebral del transporte en esa área.
Con esas movilizaciones que lograron paralizar la zona norponiente del Valle de México y visibilizar la exigencia de justicia de la familia Carbajal, esa misma tarde se presentó en el lugar la alcaldesa de Naucalpan, Angélica Moya, y al día siguiente el subsecretario general de Gobierno del Estado de México, Ricardo de la Cruz Musalem, quien negoció con la familia la liberación de la vialidad y se comprometió a acelerar las indagaciones.
Urge que haya justicia y que ésta sea más expedita y con perfil humano para evitar que los denunciantes tengan que llegar a tomar medidas drásticas para hacerse escuchar y para poner a las fuerzas de seguridad a investigar de inmediato. Asimismo se debe certificar que la persona que ha sido presentada ante la ley efectivamente sea quien atentó contra la vida del joven Hugo.
Además, es oportuno investigar la organización de fiestas clandestinas, así como al tipo de elementos que se contratan para brindar seguridad en esos recintos y que evidentemente se trata de personas sin ninguna capacitación o carentes de formas de tratar situaciones de crisis en eventos multitudinarios.
Solo así se evitará que nuevamente adolescentes que solo buscaban pasar un rato de diversión, pierdan la vida en forma tan absurda.