Pareciera irónico que en Estados Unidos, cuna de la democracia moderna y una de las sociedades más adelantadas del planeta en muchos aspectos, la interrupción del embarazo siga siendo un tema que marca una gran división en su territorio, en parte debido a la fuerte influencia de la religión de corte protestante que ha regido y orientado a la mayor parte de sus instituciones y moldeado el pensamiento de sus ciudadanos.

Marchas multitudinarias en las principales ciudades del poderoso vecino de Norte buscan llamar la atención de los estadounidenses para llevarlos a un cambio de mentalidad en lo referente a uno de los temas más polémicos de los últimos años y que ha causado una fuerte confrontación entre liberales y conservadores de ese país.

Y es que las mujeres de EU no solo luchan por poder tener acceso a abortos seguros cuando así lo requieran, sino que ésta es apenas una de las múltiples facetas en la búsqueda de su pleno reconocimiento social y la plena libertad e igualdad frente a los hombres.

Es uno de los pocos rubros en los que podría decirse que México está más adelantado en su legislación que Estados Unidos. Aquí hay un proceso de despenalización en marcha para la interrupción asistida del embarazo y hay un auge en favor de no criminalizar a quienes practican el aborto.

Es tiempo de manifestar preocupación por el auge de una derecha que representan los republicanos estadounidenses, mismos que se decantan en conservadores sociales y conservadores fiscales,y donde si bien el conservadurismo fiscal tiene razones y argumentos para esgrimir en favor de sus posturas, es en el conservadurismo social con el que tratan de justificar su rechazo a todo lo que esté relacionado con el aborto, basados en un discurso retrógrada de recia raigambre religiosa.

En asuntos como éste, ojalá la sociedad y los legisladores de Estados Unidos pudieran voltear a ver el ejemplo de México que, aunque a paso lento, ha sido capaz de despojarse de lastres religiosos y tratar de escuchar más a la ciencia, por lo menos en lo que concierne al tema del aborto. Con ello va escalando y asegurando posiciones hacia una sociedad más igualitaria, justa y menos represiva con sus ciudadanas y ciudadanos.

La plena conquista de libertades para las mujeres, si bien apenas se avizora en el horizonte, es ya un destino fijado en el trayecto de nuestro país, y el que esperamos algún día pueda servir de ejemplo para naciones que se presumen como más avanzadas.