La violencia criminal se manifestó esta vez de una forma en la que todos los elementos se conjugaron e hicieron que el impacto creciera en la CDMX. El atentado se dio en una de las principales avenidas de la capital del país, a menos de cuatro kilómetros de donde se asientan los poderes ejecutivos federal y de la ciudad. Ocurrió en las primeras horas de la mañana. Los objetivos fueron la colaboradora más cercana de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, y su coordinador de asesores; ambos murieron a manos de un sicario.

La confirmación del hecho se dio en la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum en una transmisión a nivel nacional, luego de que ante integrantes de la prensa el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, recibiera la noticia y la compartiera con la mandataria.

¿Qué debería venir ahora?

En primer lugar, sin importar colores partidistas o ideologías políticas, debería expresarse indignación y, al mismo tiempo, un espíritu de colaboración para que no se repitan estas acciones.

El comunicado conjunto, ayer, de las 16 alcaldesas y alcaldes de la Ciudad de México es una muestra de lo que debe prevalecer. Coincidieron en que se coordinarán con todos los niveles de gobierno para que el hecho no quede impune.

Los enemigos no son los que piensan diferente a uno, sino aquellos que arrebatan la vida de los demás para mantener sus actividades ilícitas. Y ante ellos hay que cerrar filas desde todos los ámbitos, especialmente desde los partidos políticos. Es buen momento para hacer a un lado las diferencias y comenzar a trabajar, en serio, ante el enemigo común. El hecho ocurrió en la capital del país, pero en varias regiones del territorio nacional, en ciudades grandes y pequeñas, la violencia está presente en la vida cotidiana.

En este y en otros atentados contra funcionarios también debe sumarse la cooperación de las dependencias federales para coadyuvar en las indagatorias. Si los atentados a quienes detentan el poder, o contra integrantes de su círculo más cercano, no son esclarecidos, se manda la peor señal para la ciudadanía: los grupos criminales actúan a su antojo sin alguna consecuencia.

De parte de los medios de comunicación ahora más que nunca deben acercarse a información veraz y verificada, y no divulgar hechos que no han sido confirmados.

Ante el tamaño de la indignación por el doble asesinato, lo que debe venir de las autoridades competentes es una respuesta de la misma dimensión para no generar impunidad. Hoy cunde la indignación, pero en los próximos días o semanas quizá se deje de hablar del tema, sin que nadie haya pagado por ello. Ese sería el resultado más grave, y al cual no debe llegarse.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios