“¡El cambio climático ya comenzó, y la guerra por el agua también!” ¿Qué esperamos?
Desde luego que el problema del agua, en todos los aspectos, lo reiteramos, no es nada nuevo, ya hace mucho que comenzó; lo único novedoso es que ahora, al parecer, ya está llamando la atención. Pero, ni, aun así, todo parece indicar que para la opinión pública no es de gravedad y mucho menos de urgente y obvia resolución, como dicen los políticos. Pareciera que se está tomando como un problema más de los tantos que ya nos ahogan, y que solo corresponde al gobierno resolverlo. Pareciera también, debido quizá, a que toda la información se da nada más a través de los medios, no hay credibilidad ni confianza de lo que se informa. Y puede que haya razón, porque ningún medio le había dado seguimiento formal al problema del agua contaminada, como ahora lo está haciendo EL UNIVERSAL. Todo quedaba-o sigue quedando- en una nota periodística más, de esas que, a pesar de su relevancia, se pierden el mismo día de su publicación.
¿Que el cambio climático ya comenzó?, eso es más que evidente. Las lluvias y sequías atípicas son el más claro indicativo de lo que está sucediendo y está por venir. Y no es exageración, porque, tal como lo predijo el extraordinario científico mexicano, el doctor Mario Molina, con justa razón y conocimiento de causa que: “si no involucramos a todo el mundo en la preservación del medio ambiente, las próximas generaciones verán decrecer su nivel de vida. Hoy corremos el riesgo, aseguraba, de que grandes partes del planeta habitables se vuelvan inhabitables. Las olas de calor, y los incendios forestales son apenas, recalcaba, focos amarillos de lo que puede ocurrir a gran escala”. Amable lector: lo señalado y advertido por el extinto científico Mario Molina, no es suposición ni un mal presentimiento, es una terrible realidad que ya estamos padeciendo. ¿Por qué no lo entendemos y lo aceptamos?
El texto de la información adicional de EL UNIVERSAL continúa así: - “El gobierno no sabe qué hacer”. – Pero los gobiernos no han examinado lo que el plástico en el agua potable, la comida y el aire podría significar para el bienestar humano. El gobierno de Los Estados Unidos no regula las partículas de plástico en el agua potable, tampoco el mexicano lo hace. “La investigación sobre la salud humana está todavía en sus primeros pasos”, dijo Lincoln Fok, un científico ambiental en la Universidad de Educación de Hong Kong.
Los científicos estiman que billones de piezas de plástico están bloqueadas en el casquete Polar Ártico que se está derritiendo y que un billón más flota en la superficie del océano. Si bien se desconoce el volumen de plástico menos flotante que se esconde bajos las olas, un estudio realizado en y Ciencias Ambientales en 2015 encontró plástico en los intestinos del 28 por ciento de los peces en un mercado indonesio. En California, el 25 por ciento de los peces, y el 33 por ciento de los moluscos incluidos en la muestra contenían plástico.
Los investigadores temen que las partículas de plástico en los mariscos puedan contribuir a las enfermedades humanas al liberar las toxinas absorbidas por el agua contaminada y al secretar sus propios ingredientes químicos. “Tenemos suficiente información a partir de la observación de la vida silvestre”, dijo Masson presidente del Departamento de Geología y Ciencias Ambientales de la Universidad Estatal de Nueva York en Fredonia. “Si está afectando a la vida silvestre, ¿cómo pensamos que no nos va a afectar a nosotros de alguna manera? Lo que no sabemos qué implicación podría tener para la salud humana”.
El plástico se niega a desaparecer. – El mundo produce 300 millones de toneladas de plástico cada año. Más de 40 por ciento se usa una sola vez, a veces por menos de un minuto, y se deshecha. Pero este material persiste en el medio ambiente durante siglos. Esas 300 toneladas equivalen a 46 grandes pirámides de Guiza cada doce meses. Más del 40 por ciento de ese plástico-contenedores, bolsas plásticas de supermercado, popotes- es usado una vez para luego ser desechado. Ese es el equivalente a 18 pirámides lanzada a la basura o al río.
El plástico que llevas puesto. – De las rutas que las fibras de plástico podrían seguir en el medio ambiente, los científicos han confirmado solo una, y es probable que las llevemos puestas. Los tejidos sintéticos-lana, poliéster, licra y fibras de acrílico- desprenden fibras con cada lavado. Las estimaciones varían, de mil 900 fibras emitidas por una sola prenda a 700 mil por lavar solo seis kilos de ropa. De la misma manera que un gato pierde pelaje, la ropa emite plástico. Las alfombras, la tapicería y otros tejidos sintéticos de trama apretada desprenden fibras. A partir de ahí, y esto es fuera de teorías, se dispersan en el viento, tal vez para rodear a la Tierra como ceniza volcánica o humo industrial. Esto ayudará a explicar cómo las fibras plásticas llegaron a las aguas del grifo de los distritos del Ecuador, los cuales son abastecidos por arroyo de montañas. “Lo que encontramos es que las fibras están en todas partes”, dijo la fundadora del proyecto, Rachel Miller. “Están en las regiones alpinas donde no hay mucha gente, están en las regiones ligeramente pobladas, están adyacentes a la Ciudad de Nueva York y se dirigen hacia el océano. Continúa.
Mientras seguimos a la espera de las respuestas a los cuestionarios previos a las instancias federales, gobiernos estatales y municipales, nos es grato contar ya con las del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM) Continuará…