Ironías de la vida, amable lector, pero esa es la cruel realidad, esa que muchos se resisten a reconocer y menos aceptar. Y aunque las evidencias sean más que contundentes, llama la atención, y preocupa, que todavía no se acepte del todo que el cambio climático, además de creciente y catastrófico, puede ser irreversible. A pesar de los años que lleva de iniciado, está más que comprobado que esta calamidad apenas está demostrando su inmenso poder destructivo. No es exageración, pero, luego de ver los eventos catastróficos de cada año, no queda más que aceptar, que los subsecuentes serán peores…
Y, por si todo esto fuera poco, ahora nos enfrentamos a la amenaza global política y financiera que, aunada a la negligencia, vienen a complicar aun más la ya de por sí deteriorada salud del planeta. Tengamos presente, amable lector, que no tomar en serio los graves problemas originados por el cambio climático, la vida en la Tierra, sobre todo para las generaciones futuras, dentro de dos, o tres generaciones más, será un verdadero infierno…Agua y alimentos serán los más escasos…
El pasado 14 de noviembre, EL UNIVERSAL fue invitado al Primer Taller para medios de comunicación sobre el cambio climático de los pequeños productores agrícolas en México. El evento fue organizado por “Proyecto de planeación territorial e innovación financiera para incrementar la resiliencia de México al cambio climático”, mejor conocido como SAbERES, el cual tiene como objetivo trabajar en regiones vulnerables de México para mejorar la resiliencia y la adaptación al cambio climático en el sector rural, a través de políticas para la planeación del uso del suelo, prácticas de Adaptación Basada en Ecosistemas (AbE) y mecanismos financieros innovadores de fuentes privadas, públicas e híbridas.
El proyecto SAbERES es financiado por el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección del Consumidor de Alemania (BMUV) y su Iniciativa Climática Internacional (IKI) En su intervención, el Dr. Alejandro Ismáel Monterroso Rivas, de la Universidad Autónoma de Chapingo, dictó la conferencia “Bases para la Adaptación al Cambio Climático: Seguridad Alimentaria”, en donde expuso proyecciones climáticas, enfatizando los impactos en los sistemas naturales y afectación a la demanda de alimentos, en tanto a sus disponibilidad física, el acceso económico, su utilidad y la estabilidad en su producción. Asimismo, abordó los impactos que los productores mexicanos sufrirán debido al cambio climático.
El mundo, enfatizó, está cada vez más amenazado por los efectos del cambio climático; la seguridad alimentaria emerge como uno de los desafíos más críticos para las naciones y personas. En el caso de México, precisó, este problema adquiere una relevancia particular debido a su alta vulnerabilidad ante fenómenos climáticos extremos y la dependencia de sistemas agrícolas sensibles a los cambios en el clima. El cambio climático está transformando la forma en que México produce y accede a los alimentos, poniendo en riesgo a millones de personas.
Por su parte, el Biólogo Marco Antonio González, del Grupo Autónomo para la Investigación Ambiental (GAIA), en su participación abundó sobre la “Adaptación de los sistemas productivos al cambio climático desde la visión territorial”, en donde expuso que la dinámica actual de “agriculturas convencionales”, rompen con la capacidad de respuesta del proceso de regulación climática, favoreciendo el deterioro de los elementos claves para la sostenibilidad de la producción agrícola del país. Asimismo, disertó sobre la adaptación como una respuesta de resiliencia que asegure mejorar las condiciones de regulación microclimática, por lo que el manejo y la administración del agua se vuelve un elemento clave, no solo por su creciente escasez, sino por su alta capacidad de regulación térmica, por lo que es importante incidir en las parcelas integrando una perspectiva territorial y de paisaje.
ONU -Informe de diciembre 2024. -Programa del Medio ambiente. -Cada fracción de grado importa, cada acción climática cuenta. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 29) celebrada en Bakú, Azerbaiyán, los países desarrollados se comprometieron a “tomar la iniciativa” en la recaudación de 300 mil millones de dólares anuales para los países en desarrollo de aquí a 2035, frente a los 100 mil millones prometidos en 2009. También se acordó que los países desarrollados “realizarían esfuerzos” para aumentar la financiación de fuentes públicas y privadas a los países en desarrollo hasta los 1,3 billones de dólares anuales de aquí a 2035. Sin embargo, “la ambición y las promesas solo son buenas en la medida que se cumplan las acciones y los resultados que las respaldan. Por lo tanto, necesitamos ver avances más transparentes e incluso en materia de financiación, mitigación y adaptación”, afirmó Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA.
Ojalá esta última COP no sea una más de las que se han llevado a cabo y ahora sí se cumplan los acuerdos que deben ser, no a mediano ni a largo plazos, sino aplicarlos de inmediato, porque, alargarlos más, es prolongar nuestra agonía… Pero, mientras todo siga dependiendo del poder económico y político…
“11 Reglas de Oro” de la pesca sostenible para proteger los océanos. -Principio 2: -Poner a los seres humanos por encima de los lucros. -Continúa: Acción 8 -Garantizar una gestión de la pesca justa y transparente. – La distribución de las cuotas pesqueras favorecen a menudo a los actores con antecedentes históricos, capital concentrado y gran poder de presión, marginando a los demás. Para reforzar la equidad y la transparencia del sistema, los gesteros pesqueros deben dar prioridad a la equidad junto con la sostenibilidad y poner en marcha procesos justos de asignación de recursos, garantizando que se dé prioridad a los derechos de los pueblos indígenas y a los pescadores artesanales. Además, se necesitan procesos de toma de decisiones participativos, inclusivos y transparentes que integren a los titulares de derechos y a las partes interesadas locales, incluida la sociedad civil, para garantizar una distribución justa de los beneficios. Continuará…