A la memoria del colega Francisco Javier Portillo Ruiz (Alán) Descanse en paz

Mientras las COPs van y vienen y los acuerdos se multiplican, la verdad es que nada parece garantizar, que para hacer frente al cambio climático, baste con tener buena voluntad y aún suficientes recursos financieros, tal como lo acordado en ese último evento celebrado en Azerbaiyán. No, amable lector, a esta calamidad climática ya no basta enfrentarla con buenos deseos ni con todo el dinero del mundo, porque lo que urge son acciones contundentes y no acuerdos a largo plazo. El calentamiento global va en aumento y no da tregua alguna.

Si ya António Guterres, máximo líder de la ONU, ha advertido que estamos en ¡Código Rojo y Alerta Máxima!, y por consiguiente en un círculo de muerte, y aun así no entendemos lo que está ocurriendo, aunque las evidencias sean más que catastróficas, pues, valga reconocer, que difícilmente aceptaremos que el planeta será inhabitable dentro de algunas décadas. No se trataría de adaptarse a la nueva realidad, sino de cómo subsistir con agua y alimentos escasos, amén de la contaminación y las enfermedades resultantes.

“11 Reglas de Oro” de la pesca sostenible para proteger los océanos. -Principio 2 -Proteger a los seres humanos por encima de los lucros. -Continúa: Acción 9 -Aplicar las buenas prácticas sin importar las zonas donde se pesque. -Las empresas multinacionales, incluidas las del sector pesquero, son a menudo criticadas por su falta de aplicación uniforme de las normas. En concreto, recurren al trabajo infantil o imponen condiciones laborales peligrosas en las zonas menos reguladas, u operan bajo pabellones de conveniencia para eludir normativas estrictas. Esta práctica, aunque legal, no es ética y aumenta el riesgo de pesca ilegal y abusos laborales. Una definición más holística de la sostenibilidad exige que las empresas apliquen las mejores prácticas en todo el mundo, renuncien a los pabellones de conveniencia, se comprometan con la responsabilidad social corporativa y promuevan el bienestar local en lugar de limitarse a evitar los daños asociados a sus actividades.

Primer Taller para medios de comunicación. -Proyecto de planeación territorial e innovación financiera para incrementar la resiliencia de México al cambio climático. (SAbERES). Este proyecto está constituido por siete socios: Instituto de Recursos Mundiales (WRI México), Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Grupo Autónomo para la Investigación Ambiental (GAIIA), GITEC-IGIP Consulting Grup, International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

“Bases para la adaptación al cambio climático: seguridad alimentaria”. – Dr. Alejandro I. Monterroso Rivas.  Universidad Autónoma de Chapingo. – Continúa: Según reportes de investigaciones de la Universidad, el incremento en la intensidad de las sequías, las temperaturas extremas y la variabilidad de las lluvias, junto con una notable disminución a nivel municipal en la producción agrícola, pecuaria, pesquera y de sus derivados, está transformando profundamente la disponibilidad, el acceso, el uso y la estabilidad en la producción de alimentos en el país. La seguridad alimentaria no solo se refiere a tener suficiente comida para todos, también implica garantizar que las personas puedan acceder física y económicamente a alimentos nutritivos y que estos sean producidos de manera sostenible, incluso en escenarios climáticos adversos.

En los últimos 20 años, señala el estudio, 699 municipios del país (casi 28%), han experimentado disminuciones importantes en las condiciones ambientales para producir alimentos, que, aunado a aspectos económicos de precio y mercado, agravan el panorama.  Hay población con acceso limitado a alimentos (pobreza alimentaria según CONEVAL) que, junto con prácticas deficientes de limpieza y preparación de alimentos en los hogares, ha llevado a que el 45 por ciento de los municipios enfrenten graves problemas de seguridad alimentaria.

Cd. de México, 20 de noviembre de 2024. – El Concejo Consultivo el Agua A. C. y organizaciones aliadas del sector hídrico, hacen un llamado urgente, propositivo y respetuoso al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum y al Congreso de la Unión, para reconsiderar el decremento presupuestal para CONAGUA, en los términos del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2025, el cuál es de más del 40 por ciento, con respecto al año 2024; por lo que la reconsideración buscaría promover la inversión en infraestructura y garantizar una eficiente gestión hídrica.

Con ello se afectarán principalmente programas de inversión para el desarrollo de infraestructura de agua potable, alcantarillado, modernización y rehabilitación de riego y temporal tecnificado. También la capacidad de ser resilientes para enfrentar los riesgos derivados del cambio climático como sequías, huracanes e inundaciones. México requiere con urgencia, precisa el documento, la atención a 10 millones de mexicanos que hoy no cuentan con agua en sus hogares.

Nada puede ser más preocupante y alarmante, amable lector, que, luego de las múltiples advertencias sobre las consecuencias del cambio climático, los ecosistemas se verían seriamente afectados, y así lo estamos constatando con la cadena de eventos catastróficos de todo tipo, ningún gobierno esté haciendo algo realmente efectivo, para, si ya no evitarlos, al menos estar preparados para afrontarlos. Pero, lo más terrible es lo que viene a confirmar ese impactante estudio de la Universidad de Chapingo, en el que señala que algunos municipios del país ya están resintiendo esa calamidad que sígnica la disminución en las condiciones ambientales para producir alimentos desde hace algunos años.

No cabe duda que el incremento en sequías, calor extremo y las lluvias atípicas cada vez más frecuentes, están llegando a extremos peligrosos y está poniendo en riesgo, no solamente la seguridad alimentaria, sino también la nuestra. Con todo lo que ha pasado, lo más seguro, amable lector, es que los desastres naturales de todo tipo irán en aumento cada vez más, y con fatales consecuencias. No exageramos ni somos pesimistas, pero, la realidad no miente. Continuará…

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