¡El cambio climático está llegando al límite!
-Contaminación daña riñones de niños. – EL UNIVERSAL -14-02-21. San Pedro Itzicán, comunidad del municipio de Poncitlán, Jal., padece una elevada tasa de enfermos renales que afectan, sobre todo, a menores de edad, al parecer, por la contaminación del agua del Lago de Chapala. Desde el 2015, Eduardo Covarrubias Íñiguez, quien entonces era director general de Regiones Sanitarias y Hospitales de la Secretarían de Salud del Estado, detectó índices anormales de enfermedades de riñón en los menores de edad de esta comunidad ubicada en la ribera del lago.
Ante el desconocimiento de lo que ocurría, se acercó con Felipe de Jesús Lozano Kasten, investigador de la Universidad de Guadalajara que llevaba un par de años estudiando los efectos del metilmercurio presente en los peces del lago sobre el desarrollo cognitivo de los niños del municipio de Jocotepec, y así comenzó a visibilizarse un problema que, a pesar de tener causas multifactoriales, parece tener una relación directa con los agroquímicos. “Tenemos una base de datos que nos está orientando a eso; ya tenemos algunas publicaciones que nos ha permitido directamente ir diciendo lo que está pasando”, señala Lozano. Continúa…
Amable lector: Este es un llamado urgente a las autoridades sanitarias del estado de Jalisco y al gobierno federal para solucionar, cuanto antes, el problema de insuficiencia renal que padecen los niños en esa comunidad del municipio de Poncitlán, Jalisco. Pero ya no solo se trata de cuidar la salud de los niños que se ha visto afectada por este problema de contaminación desde hace más de 20 años, sino también de aplicar programas de soluciones inmediatas para atender las causas que está provocando este grave daño. Pero, de muy poco servirá el “remedio” si los niños continúan viviendo en su entorno contaminado y en las mismas condiciones socioeconómicas-o peores-en que se encuentran. Alguien tiene que hacer algo. A menos que a nadie le importe…
Continuamos con el recordatorio sobre los “datos duros” de la contaminación del acuífero Lerma-Chapala. El investigador Marcos Adrián Ortega Guerrero, doctor en Ciencias por la Universidad de Waterloo y maestro de geohidrología de contaminantes en los posgrados de Ciencias de la Tierra de la UNAM en ese entonces, explicaba a EL UNIVERSAL, que en las décadas de los 60, 70 y 80 del siglo XX, se establecieron decretos de veda en la zona para poner un tope de 700 a mil pozos, pero a finales de los 90 había dos mil 500 y hoy, -2015-señalaba, existen más de tres mil.
La sobreexplotación se debe, aseguraba, a dos factores principales que atañen a las autoridades hidráulicas: la premisa equivocada de que el agua se recarga cada año con el escurrimiento, aunque “en realidad el agua se mueve a velocidad de un metro por año”, y la corrupción que ha permitido la expedición de permisos extralegales de perforación de más pozos. El mayor número de concesiones, afirmaba el investigador en 2015, lo tiene la agroindustria de exportación asentada en la región de la cuenca Lerma-Chapala. Y debido a las condiciones geológicas y a la sobreexplotación, seis estados más presentan la misma problemática en mayor, o menor grado: Querétaro, San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas, Durango y Sinaloa. ¿Cuántos más se habrán perforado desde entonces? Estamos a la espera de la respuesta.
Esta es la respuesta del SACMEX a la pregunta número 7. – De acuerdo a informes del CONACYT emitidos en 2017, hay lugares de la Ciudad de México que se hunden hasta 40 cms. por año debido a la sobreexplotación de los acuíferos del Valle de México. Actualmente, ¿persiste esa misma medida, se ha incrementado o ha disminuido? Para mayor precisión sobre esta problemática, ¿Es posible precisar cuántos centímetros se hunde cada año realmente la Ciudad de México por cada alcaldía?
-El Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) determinó las curvas de igual velocidad de hundimiento promedio anual de 1994 a 2017, de la zona sur-poniente de la Ciudad de México mediante las mediciones realizadas a los diferentes bancos de nivel existentes, obteniendo una celeridad mayor entre 24 y 34 cm/año y menor de 2cm/año; por lo que persiste prácticamente el mismo orden de la medida que se menciona en el informe del CONACYT.
Con las mediciones es posible conocer los sitios de mayor celeridad (24 a 34 cm/año), por ejemplo: se ubican al costado oriente de la alcaldía Tláhuac, nororiente de la alcaldía Iztapalapa (Ciudad Nezahualcóyotl frente al cerro del Marqués), oriente Venustiano Carranza y sur-oriente de la alcaldía Gustavo A. Madero. No se ha propuesto un dato de velocidad de hundimiento por alcaldía. Especialista en Mecánica de Suelos han definido curvas de igual velocidad de hundimiento para distintas zonas de la ciudad. (Se anexa plano)
José Sierra comenta: Y el agua de garrafón, Bonafont, Ciel, etc. que tomamos en Querétaro, también contiene arsénico, flúor, cadmio, etc. Porque si es así, los fabricantes de esa agua solo la extraen del pozo, la clorinan, la filtran, la envasan, la venden como “purificada”, pero realmente nos están envenenando, lentamente.