Los cientos de muertos en Canadá por la alta temperatura que llegó hasta los 49°C, en el incipiente verano de este año, es una clara advertencia de que la ola de calor será implacable. Pero lo más preocupante es lo ocurrido en Irak, donde el termómetro llegó hasta los 52 grados a la sombra.
Como en otros lugares del mundo, no es de extrañarse, en Irak los veranos son calurosos, pero esta vez llegó al máximo nunca antes visto. Fue tal el calor, que una madre colocó a su bebé en el refrigerador por unos momentos. Desde luego que esta inusual reacción, que mueve a risa o raya en lo anecdótico y hasta en chusco, conlleva, sin embargo, algo, o mucho de preocupación y advertencia, según se quiera ver, y que no reparamos en ella.
En 2008, científicos holandeses alertaron que debido al cambio climático el calor empeoraría hacia el año 2100, advirtieron que algunas regiones de América del Sur podrían llegar a 50 grados. Otro estudio del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos, refiere que las olas de calor se irán profundizando hacia el año 2100. Los investigadores aseguran que el aumento de la temperatura, en los días más sofocantes del verano, sobrepasará el promedio del calentamiento global estimado por el Panel del Clima de Naciones Unidas para el 2100. Otro estudio advierte que los países ribereños del Golfo Pérsico podrían enfrentar condiciones extremas de calor para el año 2100 hasta de 73° por más de 20 días al año a partir de 2070. Según los estudios, los países más afectados serán: Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán y Catar. Mientras tanto, ya llegó a Irak. Y como una prueba más de ello, en julio de 2015, en las Islas Marshal el termómetro alcanzó los 74°. Nada es novedad, solo un pequeño adelanto de lo que ya sabemos que vendrá.
Estas son las preguntas 5 y 6 enviadas al Lic. Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, gobernador del estado de Guanajuato. 5 – Sin embargo, luego de que el ININ había dado a conocer los resultados del estudio que acreditaba el alto nivel de radiactividad en el agua de ese municipio, el 19 de abril de 2016. conjuntamente con la CONAGUA y la COFEPRIS, emitió un boletín en el que se aseguraba y garantizaba, que el agua de San José Iturbide es apta para el consumo humano. Ante esa inesperada y preocupante información a pocos meses de su primer dictamen, y para tranquilidad de los pobladores, ¿podría el gobierno del estado, en base a estudios recientes y confiables, solicitarle al ININ, a CONAGUA, a la COFEPRIS, o a quién corresponda cuál es la calidad del agua actual de ese municipio?
6 - ¿Cuáles otros municipios aledaños están en la misma situación y cuál es el número de enfermos por esta problemática del agua? Si ha habido defunciones por esta causa, ¿cuántos se han presentado hasta la fecha?
National Geographic. -Continúa. En 2012, la cooperativa de Pech y una coalición de apicultores demandaron a las dependencias gubernamentales que expidieron el permiso para la siembra de soya transgénica. Argumentaron que era ilegal, ya que no se consultó con las comunidades indígenas. Por las mismas fechas se levantaron más denuncias. Los apicultores alegaron que sus abejas viajan hasta siete kilómetros en busca de alimento y que, por esa misma razón, se exponen de manera inevitable a los pesticidas que rocían las avionetas piloteadas por menonitas. (los mismos que se resisten a la modernidad, cuando les conviene).
En 2012 un grupo de científicos recolectó diversas muestras de miel de Campeche y publicó un estudio que demostraba que estos insectos solían consumir grandes cantidades de polen de soya. Una investigación alemana descubrió que el glifosato, el poderoso herbicida con el que se protege la soya transgénica, afecta el sistema de navegación de las abejas europeas, una especie que los apicultores de la zona también crían. Los apicultores ganaron la demanda. Monsanto, que fue adquirido por Bayer, ha sido la única empresa con permiso para vender los frijoles de soya transgénicos en México. En 2015, la Suprema Corte de Justicia prohibió la venta de soya GM en tres estados, entre ellos Campeche. Monsanto declaró que se deshizo de todo su inventario de semillas transgénicas y detuvo su comercio en México. Según el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), un estudio reciente de semillas de soya en el estado, reveló que tan solo quedaban rastros de material GM.
Sin embargo, los agricultores menonitas admiten que continúan plantando soya transgénica en Campeche y que la rocían con glifosato desde el cielo y en la tierra. “Legalmente las cosas marchaban bien, pero la realidad es muy diferente-reconoce Naayeli Ramírez Espinosa, abogada defensora de los derechos indígenas que trabajó para el caso de los apicultores-. Sabemos que todavía plantan y cosechan soya genéticamente modificada en esta zona. Las autoridades carecen de la capacidad para resolver estos problemas. Las semillas ya están por todos lados”.
Amable lector: En este tema de los menonitas solo le estamos dando seguimiento a un asunto que compete y afecta a todos. La sobreexplotación de los recursos naturales con fines de lucro, daña al entorno ecológico y tiene graves consecuencias. En este caso que nos ocupa, y preocupa, aunque, aparentemente es local-está en Campeche-tiene, sin embargo, repercusiones negativas en el planeta. En consecuencia, los inevitables problemas de salud, derivados del aire y agua contaminados, aparecen poco a poco hasta convertirse en epidemias, como algunas que ya padecemos en México. A menos que no lo veamos así, o, de plano no lo entandamos. Continuará…
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