Nos cuentan que mientras el gobierno hace alarde del número de anuncios de inversión que han llegado a México, en parte como resultado del fenómeno de la relocalización (nearshoring), el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) consideró que en realidad no hay nada que presumir sobre atracción de proyectos de relocalización. Para el organismo encabezado por Carlos Hurtado, a cuatro años de que se inició el proceso de relocalización en México no se han hecho visibles sus beneficios ni en el ritmo de avance de la economía, ni tampoco en las expectativas de crecimiento para los próximos años. Hace dos meses, en mayo, el organismo estimó que este sexenio será el que menos crezca si se compara con las últimas cinco administraciones, pues se espera un avance promedio de apenas 1.1%.
Nueva representante del BID
Quien ya está más que instalada en México es Laura Ripani, la nueva representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Nos cuentan que la economista argentina sustituye a su paisano Ernesto Stein, quien también es profesor universitario distinguido en el Tec de Monterrey. Antes de que la nombraran jefa de la oficina del BID en nuestro país, Ripani estaba a cargo de la División de Mercados Laborales en el organismo. Nos dicen que tiene más de 20 años de experiencia y está especializada en el área del futuro del trabajo, con especial interés en la mejoría de oportunidades para los jóvenes. La también doctora en Economía por la Universidad de Illinois trabajó en el Banco Mundial desarrollando proyectos relacionados con el vínculo entre la pobreza y los mercados en América Latina y el Caribe.
Buscan definición de auto eléctrico
El mercado automotriz ha avanzado tan aceleradamente que el consumidor puede encontrar ahora autos híbridos, híbridos eléctricos enchufables y eléctricos de batería, lo que ha generado un nuevo debate sobre qué es técnicamente un auto eléctrico. Nos dicen que es un tema que ya abordó la recientemente formada Electro Movilidad Asociación (EMA), de Eugenio Grandio, pues los fabricantes no quieren que se considere como auto eléctrico a vehículos que cuentan con un motor de gasolina, aunque sea utilizado para impulsar de vez en cuando al motor eléctrico, pues eso es técnicamente un híbrido. Nos reportan que una de las variantes que se analiza es definir un estándar con determinada cantidad de kilómetros recorridos en modo totalmente eléctrico para poder ser clasificado como auto eléctrico.