Hoy se cumplen siete años desde que Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Nos recuerdan que nadie ha llegado a desatar las ventas de pánico de la moneda mexicana como las que el magnate neoyorquino provocó cada vez que se desahogaba en Twitter contra México. No en balde, meses antes de la votación, el exgobernador del Banco de México, Agustín Carstens, advirtió que “Trump es un huracán devastador”. A un año de las elecciones de 2024, nos explican que las encuestas colocan al republicano con varios puntos de ventaja sobre el actual gobernante de la Unión Americana, Joe Biden. Si bien una victoria de Trump puede poner de nuevo al peso contra las cuerdas, nos hacen ver que J.P. Morgan, el banco de inversión más grande en Estados Unidos y que dirige Jamie Dimon, prevé que el superpeso se mantendrá fuerte y cerrará el año que viene en 18 unidades por dólar.
China y Vietnam se roban la Navidad
Nos aseguran que un gran volumen de mercancía asiática está ingresando en condiciones desleales para la planta productiva nacional y ahora no sólo viene de China, sino de Vietnam. Cuando se firmó el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, al que pertenece Vietnam y México, nos comentan que ambos gobiernos se comprometieron a conformar un grupo que iba a monitorear la entrada de productos tradicionales como zapatos, textiles y confecciones. Sin embargo, en unas semanas se cumplirá el quinto año de la entrada en vigor del tratado y nos dicen que ni Graciela Márquez ni Tatiana Clouthier, cuando estuvieron en la Secretaría de Economía, activaron la conformación del grupo de monitoreo. Nos platican que la actual titular Raquel Buenrostro tampoco lo ha hecho y, mientras tanto, China y Vietnam planean robarle la navidad a la industria mexicana.
Se olvidan de las Pymes en Acapulco
A propósito de la secretaria de Economía, nos reportan que Raquel Buenrostro dio a conocer hace unos días que no tienen contemplado un programa de apoyo para las pequeñas y medianas empresas (Pymes) en la reconstrucción de Acapulco. Los empresarios reclaman que carecen de un programa de créditos con tasas de interés bajas para levantar los pequeños locales que fueron devastados. Ante la situación, nos cuentan que los dueños de tortillerías, ferreterías, carnicerías, tiendas de abarrotes, zapaterías y panaderías no tendrán más remedio que rascarse con sus propias uñas.