Desde marzo, la política comercial de Estados Unidos ha cambiado una semana sí y otra no. Hasta el momento, se mantiene un arancel de 10% a nivel mundial, exceptuando a México y Canadá, pero nos dicen que el próximo 9 de julio habrá un nuevo anuncio del presidente Donald Trump sobre tarifas recíprocas. Esto independientemente de la pausa pactada con China, que vence el 9 de agosto. Según expertos, podría ser también un acuerdo comercial con India. En el caso de México, el arancel para todas las importaciones es de 4.3% y 5.3% para aquellos bienes que no cumplen las reglas del T-MEC, siendo uno de los países con las menores tasas. Caso aparte es el sector automotriz, que paga un arancel de entre 12% y 15%, dependiendo del vehículo, pues todas las partes de un auto que vienen de EU están exentas.
Los bonos digitales de Yorio
Tras el surgimiento de los bonos verdes, sustentables, de género, azules y para financiar proyectos sociales, como el combate a la pobreza, nos dicen que ahora surgieron los bonos digitales. Nos cuentan que uno de los pioneros en la emisión de ese tipo de instrumentos fue el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en un proyecto que hizo realidad Gabriel Yorio González, marcando su debut como vicepresidente de Finanzas y Administración del organismo. Nos comentan que, para platicar sobre su experiencia, el también exsubsecretario de Hacienda ofrecerá una plática sobre los bonos digitales a través de blockchain durante la Convención Internacional del IMEF. Esa reunión anual, a realizarse en noviembre, tendrá como tema principal El futuro de las fianzas y el liderazgo.
Limones, opción para invertir
Nos reportan que, como parte de un esquema innovador, una empresa mexicana está ofreciendo un modelo de inversión basado en la producción y exportación de limón persa, a través de la venta de certificados de plantación que otorgan la posesión de 30 árboles en campos de mil metros cuadrados en Yucatán. Rodrigo Castillo Herrera, vicepresidente de Citrus Patrimonial, detalló que con estos títulos los inversionistas pueden seguir el ciclo del producto desde su siembra, crecimiento de los árboles y la cosecha, hasta su exportación. Los ingresos obtenidos por la venta se reparten en 65% para el inversionista y 35% para cubrir gastos de operación y mantenimiento. Todo está respaldado por un fideicomiso con criterios de transparencia, protección ante inflación y seguimiento profesional, nos explican.