A inicios de este siglo, el Banco de México (Banxico) adoptó el régimen de objetivos de inflación que establece una meta explícita de 3% anual, cuyo propósito es cumplir con el mandato constitucional de procurar la estabilidad del poder adquisitivo del peso mexicano, es decir, la estabilidad de precios. Por desgracia, nos platican, la institución que encabeza Victoria Rodríguez Ceja lleva varios años fallando en su objetivo por el impacto de la pandemia en la actividad económica y el comercio mundial. No obstante, nos recuerdan, México es una nación de fuertes contrastes, sobre todo cuando hablamos del impuesto de los pobres. Hace días, el Inegi dio a conocer que la inflación llegó a 5.1% en junio, pero al monitorear precios en 55 localidades del territorio nacional, encontró que en una ciudad la tasa fue de 3.2%, casi en línea con la meta de Banxico. Se trata de Ciudad Jiménez, Chihuahua. En específico, el bolsillo de los habitantes del lugar fue favorecido por una baja de 3.1% en precios de muebles y aparatos domésticos. ¿Quién fue el héroe? Es el superpeso.
Bancos, arrecia la competencia
Nos dicen que los principales bancos que operan en México encontraron una nueva forma de medir la competencia a través de sus tarjetahabientes y el mundo de los espectáculos. Primero fue Santander México, que dirige Héctor Grisi, con el regreso de Luis Miguel a los escenarios mediante la serie de conciertos que dará en la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Estados Unidos. Nos cuentan que ahora el banco de origen español está haciendo una interesante promoción entre sus clientes para no perderse la gira Hecho en México, de Alejandro Fernández, que llegará a varios países y al interior, con un paquete que incluye vuelo redondo, hospedaje y acceso al concierto. Nos hacen notar que Banorte le entró a la competencia con la preventa para ver a Ricky Martín en el concierto Sinfónico que dará en septiembre. ¿Adivine quién va ganando…?