En lo que va del año hemos pasado por olas de calor intensas, tanto así que cada año se registran nuevos límites superiores de temperatura en el mundo, a tormentas y huracanes cada vez más devastadores, sumados a fríos que anticipan un invierno crudo. A todas luces estamos viviendo los efectos del cambio climático. Es una realidad y está costando no sólo vidas humanas, sino que está acabando con infraestructura que se contabiliza en pérdidas millonarias o billonarias, no importa la moneda en que se mida. La pregunta evidente es, como ciudadanos, ¿qué podemos hacer?
Lo primero es entender y aceptar que lo más probable es que el cambio climático obedezca a la degradación ambiental que como humanos hemos provocado en todo el orbe. El excesivo uso de combustibles fósiles, el uso de plástico, la degradación de cuerpos de agua, la deforestación, la minería, la contaminación en general y la sobrepoblación, entre otros factores, se suman, y así ha ocurrido durante siglos, para traernos hasta donde estamos. Esto comenzó con la expansión de la humanidad por el planeta, se aceleró con la revolución industrial y, en las últimas décadas, se ha intensificado dramáticamente.
Como ciudadanos de “a pie” podemos tomar medidas sólo en el ámbito local, con nosotros mismos o con nuestra familia y sitio de trabajo. Lo mejor del caso es que tomar estas medidas también fortalecen nuestra economía: camine en lugar de utilizar auto; evite desperdiciar alimentos: abra su refrigerador y primero agote los alimentos que aún tiene antes de renovar despensa; no compre artículos que no necesita: primero dele todo el uso posible a su guardarropa y después renueve; no consuma bienes que vengan en contenedores no reciclables o de un solo uso; prefiera productos orgánicos sobre sintéticos, entre otras medidas. Un ejercicio aislado no hará diferencia con el medio ambiente, pero la acción colectiva sí que la puede tener.
Vote con candidatos que tengan una agenda ambiental. De nada servirá cualquier promesa de campaña si se degrada el medio ambiente: la humanidad entera está en jaque. Por ello es importante impulsar y meter en la agenda política los temas ambientales. Las medidas tomadas pueden gustarnos o no, como tener que pagar por el uso del agua o pagar gasolinas más caras, pero nos gustará menos y será más costoso tener un ecosistema tóxico que no nos permita vivir en ningún lado.
Como consumidor promueva y consuma productos con certificación verde: de empresas que realizan medidas de mitigación para reducir el daño ambiental que generan sus actividades económicas, cuyos productos sean orgánicos, con empaque y embalaje reciclable o no contaminante. Nuevamente, la acción colectiva es la que marcará la diferencia.
Infórmese y difunda información ambiental. Crear conciencia ciudadana sobre los problemas ambientales es crucial. Tal vez es el primer paso para poder revertir la barbarie ecológica que, como especie, hemos provocado.
La especie humana es única. Nos encontramos en un umbral en el que, cual bacterias en un contendor, podemos aniquilarnos a nosotros mismos con nuestros propios desechos, o podemos revertir el daño ambiental y romper la frontera planetaria primero, y del sistema solar después. Por ahora, decir que tenemos el potencial para convertirnos en los amos del universo perteneces a la literatura fantástica; pero, de sobrevivir al cambio climático, las futuras generaciones podrían lograrlo. En nuestras manos, en las generaciones actuales, está el que las futuras sigan teniendo un planeta donde vivir. Es un imperativo moral, económico y de sobrevivencia hacer algo por el clima.
Docente de la maestría en Economía, FES-Aragón-UNAM.