Aunque aún es pronto para asegurar una recuperación económica de México, algunos indicadores empiezan a dar signos positivos de estabilidad, tal como lo anticipamos en artículos anteriores, cuando mencionamos que, a mediados de este año, comenzarían a verse señales en este sentido.

Para empezar, es importante recordar que México creció 1.1% en su Producto Interno Bruto en el primer trimestre de este año y que el Banco Mundial prevé para nuestro país un crecimiento del1.5%. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional estima un avance 1.8% y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) espera que alcance 2.6%.

Ahora bien, otro indicador importante es la tasa libre de riesgo, esta es fundamental en el ámbito financiero, pues, representa el rendimiento esperado de una inversión teóricamente libre de riesgo. En México, al igual que en otros países, esta tasa juega un papel crucial en la toma de decisiones de inversión, valuación de activos y cálculo de costos de capital. Históricamente, la tasa de rendimiento de los bonos del gobierno a largo plazo se ha utilizado como referencia, considerando que estos instrumentos son generalmente considerados como los menos riesgosos dentro del mercado financiero.

En México, la tasa libre de riesgo tradicionalmente se ha calculado utilizando como referencia los Bonos de Desarrollo del Gobierno Federal (Bonos M), que son emitidos por el Banco de México y tienen vencimientos a largo plazo. Sin embargo, en la actualidad también se consideran los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes), que son instrumentos de deuda de corto plazo emitidos por el gobierno mexicano y que, por cierto, a un año están dando el nada despreciable 11.45%.

La tasa libre de riesgo se obtiene a partir del rendimiento de estos instrumentos y se ajusta por diversos factores, como la inflación y la prima de riesgo. La inflación es considerada porque reduce el poder adquisitivo de los rendimientos y cabe hacer mención que la misma está bajando de manera constante pues se encuentra ya en 5.84% a tasa anual, mientras que la prima de riesgo compensa el riesgo adicional asociado a inversiones en instrumentos distintos a los bonos del gobierno y que en el caso nacional se encuentra hoy en día en 675 puntos gracias a una caída de 77 puntos.

Existen otros factores que afectan la tasa libre de riesgo en México, como es la política monetaria, que es implementada por el Banco de México. Si el banco central decide aumentar las tasas de interés para controlar la inflación, es probable que la tasa libre de riesgo también se vea afectada al alza.

La estabilidad económica es un factor más que influye en la tasa libre de riesgo. En México, factores como la evolución del PIB, el desempleo, el tipo de cambio y la balanza comercial, pueden impactar la percepción del riesgo por parte de los inversionistas, lo cual se reflejará en la tasa citada.

La confianza de los inversionistas, tanto nacionales como internacionales, juega un papel importante en la determinación de la tasa libre de riesgo. Cuando los inversionistas tienen confianza en la economía mexicana y en su capacidad para cumplir.

En conclusión, la tasa libre de riesgo, la prima de riesgo, la inflación y las perspectivas de crecimiento desempeñan un papel fundamental en el mundo de las inversiones y, a su vez, en establecer pautas para determinar la estabilidad económica de un país. De esta forma se proporciona un punto de referencia para evaluar el rendimiento de las inversiones y estimar el nivel de confianza.

Aún es pronto para cantar victoria, pero el panorama económico empieza a despejarse.

Académico de la Universidad del Valle de México, Campus Zapopan

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