El Canal de Panamá es una de las rutas marítimas más estratégicas del comercio global. Desde su inauguración en 1914, hasta su transferencia a Panamá en 1999, estuvo bajo control de Estados Unidos, lo que le permitió influir en el comercio internacional. Recientemente han surgido especulaciones sobre la posibilidad de que Estados Unidos retome el control del canal, lo que podría traer implicaciones significativas para la economía de México.
El presidente electo Donald Trump ha intensificado sus advertencias sobre la posibilidad de recuperar el control del canal de Panamá, alegando de manera infundada que el país permite la presencia de soldados chinos en la vía marítima y que impone tarifas excesivas a los buques de Estados Unidos.
Las amenazas del vecino país del norte de retomar el control del canal se suman a una serie de medidas proteccionistas impulsadas por el gobierno de Donald Trump, incluyendo la imposición de aranceles a productos mexicanos como una estrategia de presión comercial. Al igual que con los aranceles, el posible control estadounidense del canal podría afectar la competitividad de las exportaciones mexicanas al encarecer el transporte y otorgar ventajas a empresas estadounidenses. Esto refuerza la necesidad de que México diversifique sus mercados, fortalezca su infraestructura logística y busque alternativas comerciales para reducir su dependencia de las decisiones políticas de Washington.
DEPENDENCIA DEL COMERCIO INTERNACIONAL
México es una de las economías más abiertas del mundo, con un fuerte vínculo comercial con Estados Unidos, Asia y Europa. La conectividad marítima es fundamental para la exportación de productos manufacturados, automóviles, productos agrícolas y materias primas. Si Washington recupera el control del Canal de Panamá, podría imponer nuevas restricciones, modificar tarifas o priorizar el tránsito de sus propias mercancías, afectando los costos y tiempos de exportación e importación para México.
El Canal de Panamá es una vía clave para la conexión entre Asia y la costa este de Estados Unidos, una ruta utilizada por muchas empresas mexicanas. Si el gobierno estadounidense decide controlar el acceso y costos del canal, México podría verse en desventaja frente a empresas estadounidenses que tendrían un acceso preferencial o tarifas más bajas. Esto podría reducir la competitividad de las exportaciones mexicanas en mercados clave.
IMPACTO EN EL COMERCIO CON ASIA Y EUROPA
El comercio entre México y Asia, especialmente con China, Japón y Corea del Sur, depende en gran medida del Canal de Panamá. Una intervención de Estados Unidos podría afectar la logística de importación de insumos y productos terminados, aumentando los costos y tiempos de entrega. Además, sectores como la manufactura automotriz y la industria tecnológica podrían enfrentar disrupciones en su cadena de suministro.
Ante este escenario, México tendría que fortalecer alternativas logísticas y comerciales, como:
-Ampliar el uso de puertos nacionales, como Manzanillo y Lázaro Cárdenas, con mejoras en infraestructura.
-Fomentar el corredor transístmico, una alternativa de conexión entre el Pacífico y el Atlántico a través del Istmo de Tehuantepec.
-Diversificar mercados de exportación, reduciendo la dependencia del comercio con Estados Unidos y Asia.
-Fortalecer la Alianza del Pacífico, para mejorar acuerdos comerciales con países como Chile, Perú y Colombia.
Si Estados Unidos retomara el control del Canal de Panamá, México enfrentaría desafíos en términos de costos logísticos, competitividad y acceso a mercados internacionales. Sin embargo, con estrategias adecuadas, el país podría reducir su vulnerabilidad y fortalecer su posición como una economía clave en el comercio global. La clave estará en la diversificación y modernización de su infraestructura de transporte y comercio exterior. Esperemos que esta situación sólo quede en amenaza.
Académico de la Universidad del Valle de México Campus Zapopan