Los beneficios de la digitalización son evidentes, pero algunas de estas plataformas que ocupan una posición dominante en el mercado cuentan con una ventaja desproporcionada sobre sus competidores. Además, pueden influir negativamente sobre la democracia, los derechos fundamentales, las sociedades y la economía.
Con el propósito de recuperar el control legislativo y equilibrar las condiciones para las empresas se expidieron normas sobre servicios digitales que regulan lo que las grandes plataformas podrán hacer o no en la UE. El objetivo es alentar la competitividad de pequeñas y nuevas empresas con los gigantes de los mercados que, hasta ahora, imponían sus condiciones.
Esta nueva normatividad está enfocada en reforzar la seguridad para los usuarios protegiendo los derechos fundamentales en línea. Viene a completar la regulación sobre los mercados digitales aprobada el mes pasado.
La UE impone nuevas exigencias a las plataformas y a las empresas que operan en Internet, en cuanto a la responsabilidad del contenido publicado con el propósito de reducir la desinformación, la violencia digital, proteger a las infancias y multar su incumplimiento con cifras millonarias.
Lo verdaderamente importante del esfuerzo europeo, es la directa protección a los derechos fundamentales de su población usuaria, frente a las grandes corporaciones tecnológicas, mientras más grande es la empresa, más limitaciones y restricciones les son impuestas en favor de los usuarios. La nueva legislación obliga a proceder con la diligencia debida a las empresas que presten servicios digitales, ofrezcan bienes, servicios o contenidos a los consumidores.
Las sanciones en caso de incumplimiento están tasadas con base en la facturación anual del infractor. En el procedimiento de investigación y de fijación de las sanciones se prevén reglas de respeto al debido proceso, acceso a la información y publicidad.
Los grandes prestadores de servicios digitales como Twitter y Facebook tendrán obligaciones adicionales como son la evaluación de riesgos y medidas para su disminución, auditarse anualmente y aceptar revisiones oficiales para evaluar el cumplimiento normativo, la observancia de códigos de conducta y el establecimiento de protocolos de crisis. Un gran avance lo constituyen los nuevos procedimientos para la retirada más rápida de información falsa o contenidos ilícitos, la reparación del daño, y en general la protección de los derechos fundamentales de los usuarios en línea.
Nuestra interrelación con los EUA provoca que muchas de sus grandes plataformas digitales operen ampliamente en nuestro País sin ningún control. Para comprar la empresa, el nuevo propietario de Twitter argumentó que era necesario quitar controles y restricciones a esta plataforma, porque esa es la verdadera democracia, pero los europeos ya le advirtieron que para operar allá tendrá que sujetarse a su nueva normativa.
El señor Musk pretende más poder y hacer crecer sus negocios, pero se olvida de los derechos de los usuarios; la libertad termina donde empiezan los derechos de los demás. En nuestro caso, en México vamos a padecer el desmedido poder de las plataformas digitales, ojalá que como en Europa, nuestros legisladores decidan protegernos. De no regularse, además la DO podría utilizar este nicho de mercado para expandir sus actividades criminales.