Los cárteles mexicanos que originalmente producían y comercializaban marihuana y transportaban la cocaína que viene de Colombia, principalmente de México hacia EUA, están muy lejos de los grupos delictivos que ahora manejan el mercado transnacional de los estupefacientes. El nuevo mercado criminal conformado por las drogas sintéticas, las metanfetaminas y el fentanilo ya desplazaron al mercado tradicional de las drogas entre los norteamericanos y empiezan a penetrar entre adictos de todo el mundo.
Antonio María Costa, director ejecutivo de la UNODC señaló: “El crimen organizado se ha diversificado, se ha vuelto global y ha alcanzado proporciones macroeconómicas: bienes ilícitos proceden de un continente y se trafican a través de otro, y lo comercializa en un tercero. Las mafias son hoy verdaderamente un problema transnacional: una amenaza a la seguridad, especialmente en países pobres y en conflicto el crimen está alimentando la corrupción , infiltrando negocios y la política, y obstaculizando el desarrollo. Está socavando la gobernanza mediante el empoderamiento de los que operan fuera de la ley”.
Para los cárteles mexicanos, las nuevas fuentes de ingreso y el aumento de productos ofertados, generó un incremento substancial en sus ganacias y una gran expansión territorial en sus actividades. No solo el mercado mexicano fue copado, sino sus horizontes se abrieron hacia Europa a través de España y luego con Italia. Actualmente la mafia albanesa tiene presencia en nuestro país y se vinculan con los CS y CJNG , para el blanqueo de capitales. Su inversión se centra entre otras actividades, en casinos y casas de apuestas.
El dinero lavado llega a nuestro país para financiar la operación de los grupos delictivos; la violencia, homicidios y la desaparición de personas en México están directamente relacionados con esos recursos que perciben los grupos criminales. La mafia albanesa se caracteriza por ser sanguinaria y con entrenamiento militar, su ubicación geográfica es estratégica, dominan la milenaria ruta de los Balcanes.
Nuestro país no debe permitir que esas mafias internacionales se asienten en nuestro territorio y que sigan financiando la actividad criminal de los grupos delictivos locales, ya que en esa medida se incrementará la violencia y la criminalidad en el País. Las recientes acciones de la SEDENA y SEMAR son el camino indicado y por las filtraciones del grupo Guacamaya nos hemos podido enterar que la SEDENA ya está dando seguimiento a esos grupos criminales; la amenaza es grave y el desafío enorme.
Los albaneses y los cárteles mexicanos invierten su dinero ilícito en actividades lícitas y con las ganancias lavadas insiden en la economía nacional y continuan financiando su operación. Seguir viéndo a los cárteles con el estereotipo que han generado las series televisivas es un grave error, deben ser vistos como grandes empresas criminales que buscan expandir su actividad y maximizar sus ganancias.
Albania se encuentra en la lista gris del GAFI, México no, por lo que para enfrentar a esa delincuencia se requiere de mucho trabajo coordinado de la sociedad y los tres niveles de gobierno, con compromisos concretos de la sociedad civil y por parte de la autoridad el establecimiento de políticas públicas claras y una política criminal que verdaderamente enfrente el fenómeno delincuencial que nos agobia.
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