En 1945, cuando la Segunda Guerra Mundial estaba por finalizar, representantes de 50 países se reunieron para redactar la Carta de Naciones Unidas.1 Uno de sus principales objetivos era evitar un nuevo conflicto global, pero también se abordó la necesidad de crear una organización sanitaria mundial. Así, la Constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue firmada en 1946 y entró en vigor el 7 de abril de 1948.2
A lo largo de sus 75 años de existencia, la OMS ha realizado contribuciones mayores a la salud mundial, como erradicar la viruela en 1980; lanzar la iniciativa mundial para la erradicación de la poliomielitis en 1988; ayudar a mejorar las tasas de supervivencia de personas con VIH/SIDA; crear el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) para ayudar a los países a responder mejor a las emergencias sanitarias como los brotes del SRAS, el Ébola y la pandemia de COVID-19; apoyar la prevención de enfermedades no transmisibles (ENT) como cardiopatías, diabetes y cáncer; o elaborar informes anuales sobre la salud en el mundo e investigaciones que proporcionan una visión global de las tendencias y los retos sanitarios mundiales, que contribuyen a fundamentar las decisiones en materia de salud pública.3
La OMS ha configurado el panorama de la salud pública global y al día de hoy desempeña un papel fundamental en la lucha contra las amenazas para la salud en el mundo. Pero su labor también ha sido posible gracias al apoyo de los gobiernos, la iniciativa privada, la sociedad civil y por supuesto, de los medios de comunicación. En efecto, los periodistas desempeñan un papel crucial para apoyar la labor de la OMS, actuando como un puente entre las iniciativas sanitarias mundiales y el público, los gobiernos y las organizaciones internacionales. Una de las principales formas en las que el periodismo apoya los esfuerzos de la OMS es concientizando e informando al público (ayudando a difundir información crítica sobre riesgos sanitarios, enfermedades y medidas preventivas).4
Además, el periodismo de investigación y de calidad es fundamental para luchar contra la desinformación, para la comprobación de datos y para corregir afirmaciones falsas. Adicional a esto, los periodistas ayudan al público a entender las recomendaciones sanitarias, traduciendo datos y resultados científicos complejos a un lenguaje accesible.5
Un ejemplo de cómo ha contribuido el periodismo a controlar crisis de salud pública fue durante la epidemia de VIH/SIDA en las décadas de 1980-1990 en Estados Unidos, cuando su labor permitió aumentar la concientización, reducir la estigmatización e impulsar cambios políticos y financiamiento, gracias a su cobertura de la crisis y a su trabajo de investigación sobre el creciente número de casos y muertes, especialmente en comunidades marginadas, utilizando datos de salud pública y los primeros informes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).6
Otro ejemplo más reciente fue durante la pandemia de Covid-19, cuando medios como The New York Times o The Guardian desarrollaron mapas interactivos utilizando datos sanitarios oficiales, permitiendo un seguimiento en tiempo real de la progresión de la enfermedad relativo a tasas de infección, muertes, datos de pruebas y distribución de vacunas a escala mundial y local; además de comunicar las directrices de la OMS sobre cómo prevenir la infección, la importancia de las mascarillas y del distanciamiento social y la seguridad de las vacunas, entre más información de gran relevancia.7
Cuando se reducen las oportunidades de desarrollo profesional de este sector, el ecosistema informativo se empobrece y nuestras fuentes de información se reducen. Con esto en mente, en 2024, Merck México junto con Opinión 51 y aliados de los medios de comunicación, notablemente El Universal, sumamos esfuerzos para lanzar el “Premio Nacional de Periodismo en Salud”, una iniciativa que busca reconocer la excelencia y estimular la cobertura periodística de calidad sobre temas de salud y ciencia. En 2024 recibimos más de 100 proyectos, todos de gran calidad, por lo que en cuatro de las cinco categorías premiadas incluimos una mención honorífica. Los trabajos ganadores abordaron problemáticas de salud pública como el VIH, la salud menstrual, la importancia de la detección temprana del cáncer o el impacto económico de padecimientos como la insuficiencia renal, por nombrar solo algunos.
Este 2025, abrimos la convocatoria para su segunda edición, que nuevamente premiará trabajos periodísticos en cinco categorías: Contenido Escrito, Contenido en Video, Contenido en Audio, Contenido en Redes Sociales y una Categoría Universitaria. Los trabajos serán recibidos a partir del 10 de abril de 2025 y hasta el viernes 9 de mayo de 2025. Invitamos a todos los profesionales del gremio a participar enviando sus trabajos y a continuar con su importante labor informativa. Para mayores informes, los invitamos a consultar la convocatoria en la siguiente liga: www.opinion51.com/premiosalud
Director General de Merck México
Referencias:
1 United Nations, History of the United Nations.
2 World Health Organization, History of WHO.
3 World Health Organization, Public health milestones through the years.
4 Paltiel, A. D., Zheng, A., & Walensky, R. P. (2020). Assessment of the Role of the Media in COVID-19 Vaccination Uptake in the United States.
5 Gesser-Edelsburg, A., Hayek, S., & Lurie, S. (2019). The Role of the Media in Combating Health Misinformation: A Case Study of the Measles Outbreak in the U.S., Journal of Health Communication, 24(4), 329-337.
6 France, D. (2016). How to Survive a Plague: The Inside Story of How Citizens and Science Tamed AIDS, New York: Knopf.
7 Dong, E., Du, H., & Gardner, L. (2020). An interactive web-based dashboard to track COVID-19 in real time, The Lancet Infectious Diseases, 20(5), 533-534. [DOI: 10.1016/S1473-3099(20)30120-1] (https://doi.org/10.1016/S1473-3099(20)30120-1)