El maltrato laboral en el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) dependiente de la Secretaría de Cultura federal, del que le hemos dado cuenta aquí, empeora y ha alcanzado niveles de vendetta a la mexicana de la burocracia cultural. Nos cuentan que el hostigamiento laboral para que “renunciara” a su plaza un trabajador de Comunicación Social del INALI, cuyo caso hemos documentado aquí, ahora llegará a los tribunales. Como no obedeció la instrucción de renunciar, le han levantado un acta por abandono de empleo, aun cuando hay pruebas de que fue el INALI quien le canceló su registro de trabajador y fue boletinado para impedirle su ingreso a la institución. ¿Por qué si todo se podría resolver con una liquidación según las leyes, el INALI opta por criminalizar a sus trabajadores?, ¿será que impera la ley de la selva en una institución que desde el 16 de enero de 2023 carece de director y sólo tiene a una encargada de despacho?, ¿acaso la secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, no tiene planeado un nombramiento y prefiere que el INALI navegue a la deriva hasta que se constituya esa “coordinación” en la que se incorpore “todo lo que tenga que ver con las culturas vivas”, como lo mandató la presidenta Claudia Sheinbaum?
Lee también: Deudas crecen en Cultura y Ciencia
Y en la Secretaría de Ciencia... mordaza
Cuando la cosa se va poniendo rojo hormiga, la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación recurre a un recurso conocido: prohibido hablar con medios de comunicación sin autorización previa. Ante la crisis económica de los Centros Públicos de Investigación (CPI) que afecta principalmente a sus nóminas (ya sea con impagos o falta de renovación de contratos), algunos CPI, como el Centro de Investigación en Materiales Avanzados y el Centro de Investigación en Química Aplicada, han informado a sus comunidades que antes de hablar deberán informar el propósito de la entrevista y detalles del medio de comunicación con el fin de “cuidar la imagen”. De no cumplirse, habrá “sanciones derivadas de omisiones o declaraciones no autorizadas”.
(Escribanos a columnacrimenycastigo@gmail.com)