A , director del, no le importó la conmemoración del 90 aniversario de la gran editorial del Estado. Se conformó con un par de conferencias históricas y dos días de remates de saldos para celebrar; ah sí, y también una exposición de gráfica de su archivo que anunció minutos antes de inaugurarla. Tampoco les interesó la fecha al Presidente, que está por dejar el cargo, ni a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. De parte de ambos personajes que dicen tener tanto compromiso con el libro y el fomento a la lectura hubo silencio total en sus redes. Incluso nos recuerdan que los 90 años no tuvo nada que ver con el 3 de septiembre de 2019, cuando López Obrador encabezó los 85 años del FCE, y que incluso allí, lo recordamos bien, llamó a “los intelectuales a participar en la transformación” del país. Para desgracia del FCE, que fue faro editorial en el orbe hispanoamericano, le tocó bailar con el más feo y seguirá, para mayor desgracia, bajo su gestión, seis años más.

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Aún no acaba el sexenio y ya está al servicio de Claudia Sheinbaum. Ayer se lanzó la Red Nacional de Cómputo Científico de Alto Rendimiento (llamada Redato o Red Atotoztli), una red de siete supercomputadoras que procesarán a gran escala información y almacenarán datos; ahí, la directora de Conahcyt dijo que el proyecto hace que México se ponga en vanguardia en materia de desarrollo tecnológico y “lograr lo que nuestra futura presidenta, la Dra. Claudia Sheinbaum ha planteado: volver a México una potencia en desarrollo científico y tecnológico”. La cuestión es que, con el resbalón que dio Conahcyt con el deficiente lanzamiento de Rizoma, plataforma en la que los aspirantes del Sistema Nacional de Investigadores debían registrarse y que por sus fallas causó que muchos se quedarán fuera, es que uno ya no le tiene mucha confianza a la cabeza del sector para el desarrollo de proyectos tecnológicos. Súmele que lo entregan a fin de sexenio… esperemos que no esté hecho al aventón.

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