La noche del pasado viernes, el Multiforo Alicia cayó en un misterioso agujero que lo condujo hasta el extraño País de la Maravillas, en donde conoció al conejo blanco que siempre llega tarde y nunca tiene la culpa, al sombrerero que habla sin sentido, a la desidiosa oruga azul y a los lacayos de la reina de corazones que decidieron clausurar el Multiforo Alicia y echar a todos a la calle. Por fortuna, en ese cuento nadie salió guillotinado. Uf. Pero en la verdadera historia, ocurrida en el Alicia de Santa María la Ribera, pudo haber sucedido una desgracia si los asistes hubieran respondido a la intimidación de la policía y el ejército que, como no se veía desde los años 70 y 80 del siglo pasado en la Ciudad de México, fueron a reprimir un concierto. Las imágenes que han circulado parecen desenterradas de los tiempos de la priista dictadura de partido o de los regímenes milicos de Argentina y Chile. Una vergüenza. Lo que pasó en realidad lo podemos contar en esta columna porque fue transmitido en vivo por la televisión, en un enlace que ha pasado inadvertido en medio de la delirante discusión sobre quién fue el responsable de esta represión inaceptable contra un evento cultural: pasadas la 6 de la tarde, un operativo coordinado por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y el Ejército inició un recorrido desde la Colonia Ex Hipódromo de Peralvillo hacia diversas colonias de la alcaldía Cuauhtémoc. Al llegar a Santa María la Ribera, ubicaron “un lugar” con un evento en el que había mucha gente. Al parecer eso les recordó la fiesta clandestina que en días pasados había sido descubierta en la colonia Guerrero y procedieron a pedir documentos y a desalojar el lugar (¿a qué dependencia en realidad pertenecían quienes pidieron esos documentos? Es parte de lo que debe investigarse). Según la transmisión de Televisa, las fuerzas de seguridad reportaron que “no se contaba con los permisos correspondientes” y se procedió a tomar el lugar hacia las 8 de la noche frente a las cámaras... El operativo estaba programado para concluir hasta las 3 de la madrugada. Así que el concierto del cantante Fermin Muguruza fue confundido con una fiesta clandestina… ¿Cómo hacer entrar en razón a policías y soldados sobre este craso error? Imposible porque, como todos sabemos, los uniformados no responden a razones sino a órdenes. Así que la obvia vía para conocer a los responsables está en la cadena de mando. Porque hay alguien al mando, ¿verdad…? O quizá ya caímos en el absurdo País de las Maravillas militaristas con el descabezado gato Cheshire riéndose de nosotros...

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