Con la entrada en vigor del nuevo Reglamento Interior de la Secretaría de Cultura es un hecho que la Dirección General de Formación y Gestión Cultural, que supuestamente encabeza Lucina Jiménez, no existe. El 2 de octubre, en un boletín, la dependencia anunció esta dirección como “nueva creación” y que estaría activa “a partir del 16 de octubre”, pero ahora nos encontramos con la sorpresa de que esta oficina –de la que muy poco se ha sabido– oficialmente no fue creada. Al ser cuestionada, la dependencia explicó a este diario lo siguiente: “No desapareció, no sale en reglamento porque forma parte de las estructuras de apoyo técnico de la oficina de la titular, para desarrollo de proyectos especiales como ese, que se reflejan en tareas del plan sectorial”.¿Entonces el cargo de directora general es un eufemismo de asesora de la secretaria? De cualquier forma, nuestros especialistas nos explican que no puede existir una dirección general sin estar mencionada en el reglamento interno y que eso aplica en todas las dependencias del gobierno. También nos indican que la dependencia no puede hacer actividades ni Jiménez puede trabajar en nombre de dicha dirección.
Es raro que en tiempos de austeridad republicana haya cabida a una dirección inexistente por la que su titular goza de un salario de 104 mil 821 pesos mensuales. Habrá que estar pendiente sobre cuál es el verdadero puesto de Jiménez, quien ha estado con un perfil muy bajo, pero por más discreta que sea, colegas y excolegas no dejan de señalar que pese a su mal desempeño, se llevó un gran premio tras servirle a la 4T.
Lee también: Teatro performático sobre el ser humano y la civilización
La Biblioteca de México, una locación sin baños...
Y tras las quejas hace unas semanas de trabajadores sindicalizados de la Secretaría de Cultura por el abandono a las principales bibliotecas del país, nos enteramos que la Biblioteca de México fue escenario para uno de los capítulos de la serie Las Azules, hecho que resulta extraño, dada la situación que atraviesan las bibliotecas por la austeridad republicana. Para no quedarnos con los rumores, visitamos la Biblioteca y, en efecto, vimos equipo de grabación distrubuido a lo largo del recinto que resguarda los acervos personales grandes intelectuales mexicanos como José Luis Martínez, Jaime García Terres y Carlos Monsiváis, materiales ocupando los patios centrales del inmueble y entorpeciendo el paso de los usuarios. Nos dijeron en la puerta que ayer fue el primer día de grabación y que no se sabe si continuarán ocupando la Biblioteca para grabar. Y nosotros nos preguntamos cuántos recursos de lo recaudado por la grabación irán al mantenimiento del abandonado edificio en donde no sirven los baños...
Escríbanos a columnacrimenycastigo@gmail.com