La Casa de la Cultura que pertenece al Instituto Sonorense de Cultura (ISC) y que durante muchos años fue el centro de la actividad cultural de Hermosillo desde la primera hora del día hasta el principio de la noche (con el Cedart, sus salones de talleres artístico, el Teatro de la Ciudad, biblioteca, ludoteca, por sólo mencionar una parte) no la pasa bien desde hace tiempo. Resulta que el año pasado las calles aledañas a las oficinas del ISC empezaron a ser remodeladas y las malas condiciones del inmueble no jugaron a su favor. Al parecer, a la titular del ISC, Beatriz Aldaco, lo mejor que se le ocurrió fue invadir la Casa de la Cultura porque las reparaciones en el edificio no tienen fecha aún. La ludoteca, dicen, es la oficina de la funcionaria, lo cual ha reducido la actividad que ofrecía el espacio, y en lo que antes fue el Cedart se puede ver a la gente de recursos humanos, por ejemplo; los salones de ensayo se han convertido en bodegas... Nos cuentan que numerosos artistas y usuarios son afectados y que la actividad se redujo mucho. O sea que los burócratas por delante y los artistas y el público que se amuelen...

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