Hoy al mediodía inicia la edición 42 de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ) en Chapultepec y hay más inquietudes que alegrías. Aunque este año le pusieron más empeño al diseño gráfico de la feria y se le ve más orden en su programa, aún priva la improvisación en ciertos asuntos y la duda ante cifras que presumen. Uno de los más cuestionables es que hasta ayer cualquier persona, grupo o espacio cultural podía registrarse para ser “Sedes FILIJ 42”; la única petición era organizar desde “una sola actividad hasta diez completos de actividades”. Ellos, desde el Fondo de Cultura Económica (FCE) que es juez y parte de esta feria, porque organizan y son editorial participante, les envían los materiales de diseño gráfico para “homologar” la imagen y en recompensa les enviarán un “reconocimiento en formato digital” por su generosa participación voluntaria. Al final, la cosa es decir que cumplieron con la meta prometida por Paco Ignacio Taibo II de descentralizar la FILIJ. Esa suma de sedes y llamado a la participación del voluntariado es su gran estrategia para lograr su soñada “República de lectores”.
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¿Qué sigue para Fernando Cortés de Brasdefer?
Tras comparecer ante el Órgano Interno de Control del INAH, Fernando Cortés de Brasdefer tendrá que esperar a que las autoridades determinen su situación, es decir, si se queda o es expulsado del Instituto. ¿Los cargos? Hablar públicamente de la destrucción de bienes arqueológicos en las obras del Tren Maya, acusaciones muy incómodas del investigador, quien dice sentirse tranquilo, pues confía en que la verdad prevalecerá ante los intereses políticos. Sin embargo, en caso de que la resolución lo declare culpable de difusión de información confidencial, su abogado, Alfonso Figueroa, llamará a citar a testigos clave que también presenciaron la destrucción de patrimonio, nos cuentan. La resolución, nos informan, podría salir el 19 de noviembre o demorar hasta inicios de año, por la complejidad del tema. Seguimos atentos.
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