Con el nombramiento de Sonya Santos Garza como nueva directora general del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), hace menos de 15 días, a más de una persona le han surgido ciertas dudas. No es nada nuevo decir que en radiopasillo se ha escuchado que la Secretaría de Cultura federal no posee un proyecto propio y que lo más cercano a uno tiene que ver con intentar alinearse a los intereses que desde el Ejecutivo les dictan. Pero con el reciente nombramiento en el Fonart las cosas parecen ir un paso más lejos. En ese segundo piso de la Cuarta Transformación, donde tanto se ha criticado el nombramiento de funcionarios cuya ideología es opuesta a la de Morena, el caso de Sonya Santos Garza parece que no quiere quedarse atrás. Lo primero que llama la atención es que, desde su perfil de X, Santos reposteó la “mala noticia” de que Sheinbaum, quien entonces era Jefa de Gobierno, impulsaba su Plan General de Desarrollo de la CDMX sin el consenso de los vecinos. De ahí en adelante, la cuenta de la hoy funcionaria se ha distinguido por repostear a Consuelo Sáizar, León Krauze y Enrique de la Madrid, quienes, sabemos, han tenido las miradas más críticas y agudas hacia el gobierno morenista. De paso, hay que decir que Santos no ocultó, también desde su cuenta de X, su simpatía hacia Consuelo Sáizar en los meses en los que ella era públicamente la figura que habría ocupado el puesto que hoy tiene Claudia Curiel de haber ganado Xóchitl Gálvez. Ahora, Curiel, la secretaria de Cultura federal, —y quizá cualquier otro funcionario— podría decir que en el segundo piso de la Transformación no están cerrados a trabajar con sus adversarios políticos. Hasta aquí podemos imaginar cómo dicen: ¡Bravo con los que quedan bien con Dios y con el diablo! Habría que preguntarse si la Presidenta también está contenta con estas decisiones o si sólo es un síntoma de que el gobierno morenista se anda desmantelando desde el interior. También valdría recordar que por algo no tan diferente y tomar malas decisiones, hace años, se fue Enrique Márquez, director de la Diplomacia cultural.
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