El INBAL nos aclara que el outsourcing en el servicio de vigilancia ya es cosa del pasado en esa dependencia, a propósito de lo que publicamos hace unos días en el Crimen que titulamos “El INBAL y su bronca con el outsourcing”. Señalan: “La empresa de Servicios de Especializados (sic) de Investigación y Custodia SA de SV (SEICSA), fue contratada para prestar el servicio de vigilancia, la cual cuenta con Registro de Prestadoras de Servicios u Obras Especializadas que emite la Secretaría de Trabajo y Previsión Social”, nos explica la Administración del INBAL, y añade que la rescisión del contrato con la compañía se realiza “bajo la normativa de esa misma instancia federal”. Aclarado esto, el problema con la vigilancia en los recintos del INBAL desde luego que sigue pendiente...¿Y ahora qué pasará con la vigilancia en los museos que tiene a cargo el INBAL?Por rescindir su contrato con la empresa de vigilancia SEICSA, el INBAL explicó hace unos días que los museos operan “con apoyo de personal de base, de mediación y equipos curatoriales, así como con la redistribución del personal de seguridad que está laborando”. En una vueltecita que se dio esta sección por varios museos nacionales, pudimos ver que, si bien esta situación no ha impactado al museo del Palacio de Bellas Artes, se vive algo distinto, por ejemplo, en el Museo Nacional de San Carlos, donde algunos vigilantes tienen que estar al tanto de dos salas o donde incluso no hay vigilancia, como pudimos ver en la sala donde está la exposición Manuel Felguérez. Una máquina estética. Uno de los guardias de SEICSA nos comentó que se les adeudaba una quincena y –hasta el viernes pasado– seguían sin recibir ese pago. Nuestra amable fuente además señaló que una vez que el INBAL concluya el contrato con la empresa, podrían ser absorbidos por la nueva empresa de vigilancia que se contrate. Esperemos que mientras se arregla este sainete en los museos del INBAL no haya algún incidente que lamentar.
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