Desde hace unas semanas ha trascendido la noticia de un importante hallazgo en la zona de Tehuacán, Puebla: huellas de dinosaurios de hace millones de años fueron descubiertas por habitantes de la zona, quienes pidieron a la autoridad competente, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hacerse cargo del hallazgo. Y como siempre, el INAH acudió a dar cuenta de tan impresionantes vestigios. Así lo constatamos porque el 4 de diciembre el INAH lanzó un boletín donde informó los hallazgos y reveló que se trataba de evidencias de dinosaurios carnívoros, herbívoros y voladores. Hasta ahí todo en orden, sin embargo, el titular de Paleontología del Centro INAH Puebla, Iván Alarcón Durán, reveló a medios apenas hace unos días que el Instituto decidió no seguir con la investigación de las huellas de dinosaurios por falta de presupuesto y condiciones de seguridad, ya que hacer un trabajo de campo, aunque sea temporal para investigarlas, supone una fuerte cantidad de recursos. Casi de inmediatamente el INAH lanzó otro boletín, de otro hallazgo igual de impresionante, esta vez en Acatzingo, pero ahora con evidencia de fósiles de otros animales como, un perezoso terrestre y un gliptodonte de miles de años de existencia. El INAH aseguró en su información que se resguardan los hallazgos de Acatzingo con el fin de que se trabaje en su conservación y análisis el siguiente año. Preguntamos al INAH sobre las afirmaciones del investigador Iván Alarcón, y nos dijeron que, como ya acabó la temporada de campo, que hasta el otro año siguen las investigaciones... De la falta de recursos, nada... Sin embargo, curiosamente, la nueva información del INAH lanzada esta semana sobre Acatzingo contiene declaraciones de Iván Alarcón acerca de los hallazgos. Algunas fuentes al interior del INAH nos cuentan que este gesto al parecer es una especie de reprimenda a quienes alzan la voz ante una situación anómala. ¿Un estilo autoritario para atemorizar a los investigadores? Escríbanos a columnacrimenycastigo@gmail.com

