Después de que EL UNIVERSAL hizo un recorrido por el interior de la Escuela de Música Vida y Movimiento del Centro Cultural Ollin Yoliztli, padres de familia nos han buscado para hablar más del estado lamentable en el que se encuentra la institución.
Aunque la Secretaría de Cultura capitalina mande notas informativas con las que quiere curarse en salud, los padres de los estudiantes nos confirman que no hay personal de intendencia, que la falta de mantenimiento de los instrumentos es una constante y que, antes de la pandemia, se tuvo una reunión de trabajo para solventar las diversas deficiencias de la escuela de música (sólo se concretó una minuta de trabajo).
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Después de mucho tiempo, la comunidad es consciente de que no ha habido resultados. Una noticia buena es que los estudiantes ya se atrevieron a levantar la voz ante una serie de viejos problemas que la escuela arrastra.
Ayer, los jóvenes dejaron un pliego petitorio dirigido a la jefa de gobierno, Clara Brugada, y a la secretaria de Cultura de la Ciudad de México, Ana Francis Mor.
Los estudiantes solicitaron mantenimiento periódico de la instalación, dictámenes de seguridad, nuevo mobiliario, becas, mejora del alumbrado y del servicio de laudería, y una larga lista de pendientes. Ojalá que esta vez sí los escuchen y que en verdad cambien las cosas.
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