Hace unos días se hizo público que el Festival Internacional de las Artes de Teziutlán 2025 se canceló por un recorte de los fondos asignados originalmente para su realización. El festival que des de hace nueve años se consolidó como uno de los más importantes realizados en el estado de Puebla recibió la mala cara de ciertos regidores que, al inicio, habían decidido apoyar al patronato, pero después dijeron que siempre no. Nos cuentan que, en un principio, las autoridades locales habían determinado que el festival contaría con un presupuesto de 450 mil pesos, pero, tras mucho rumiar el asunto, se reunieron para recortarle 250 mil pesos a la cifra original. Dicen que, incluso, uno de los regidores dijo en su momento que la cultura no aportaba nada (¿para quién?, cabe preguntarse). El desdén y la falta de respeto se notó tanto en los actos como en las palabras o, mejor dicho, en la falta de palabras porque también nos informan que las autoridades no tuvieron ni un ápice de cortesía para informarle directamente al patronato del recorte presupuestal. Ante ello la pregunta que se hacen es: ¿Considerarán para las próximas ediciones darle el presupuesto justo al festival o lo están condenando a una muerte segura?
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