En el Cenart andan de manteles largos. El pasado viernes se presentó su programa de aniversario, en el que habrá conciertos, festivales, exposiciones y nueva oferta académica. Pero la celebración se opaca con una demanda básica: “No hay papel de baño ni jabón para las manos desde hace un chingo, ¿cómo quieren celebrar así el 30 aniversario?”, dijo una empleada, quien pidió mantenerse en anonimato. Hecho que este diario tuvo la desgracia de poder constatar, al menos con respecto a la falta de jabón. Esta demanda es apenas la punta del iceberg, pues en el recinto hay carteles, colocados por el sindicato, en los que se señala hostigamiento sexual y agresión por parte de las autoridades de administración, así como otras condiciones precarias como la falta de uniformes y bajos salarios. El director del Cenart equiparó la situación con una disputa familiar y recalcó, en conferencia de prensa, que él estará hasta septiembre a cargo (así que pronto dejará de ser su problema). Así que, lector, si quiere gozar de la copiosa oferta cultural del Cenart, no olvide llevar su propio gel antibacterial y un paquetito de Kleenex, no vaya a ser la de malas…
El Instituto Sonorense tropieza en redes
En las redes sociales del Instituto Sonorense de Cultura (ISC) se publicó una imagen, que a la vez dio a conocer la Casa de la Cultura de Sonora, en la que se despiden de una perrita llamada Pina —suponemos que la bautizaron con ese nombre en honor a Pina Bausch—; la mascota falleció recientemente y fue una gran compañía en el salón de Antares Danza Contemporánea. El problema es que no pudieron elegir peor momento para despedir a Pina, puesto que el post ha causado la indignación de integrantes de la comunidad artística local y los ha hecho cuestionarse cuáles son las prioridades de la gente que trabaja con Beatriz Aldaco, titular del Instituto Sonorense de Cultura (ISC). No hay nada de malo en despedir a una mascota, el problema es que las redes institucionales le den presencia a algo así, mientras que en los últimos meses han muerto familiares de artistas o personas que trabajaron durante décadas en el ISC sin que nadie haya dicho una palabra, el mínimo pésame, al respecto; para no ir tan lejos, no son pocos los músicos que han tenido pérdidas. Parece una broma, otra de las que acumula la administración de Aldaco, pero no lo es. Escríbanos a columnacrimenycastigo@gmail.com.