Bien dicen que lo que fácil llega, fácil se va y para entender las recientes decisiones en la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional hay que viajar unos años al pasado y recapitular un par de hechos.
Allá por 2017, nos cuentan, cuando Enrique Diemecke salió de la Sinfónica del Poli, quedó una terna para sustituir al prestigioso director. Esa terna, dicen, la ganó el brasileño Lanfranco Marcelletti Jr, quien entonces era el titular de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, cargo que abandonó para tomar las riendas del Poli. El problema fue que, a la mera hora, se enteró de que él no sería el nuevo director porque una "persona muy influyente" impuso en el cargo a Enrique Barrios. El problema es que ahora, años después, esa persona influyente salió o, en otras palabras, su palabra dejó de tener poder directo en las decisiones de la Sinfónica del Poli, y el primer movimiento fue pedirle a Barrios la renuncia. Dicen que él está muy desconcertado con la noticia, pero quizá se le olvida que en su momento Marcelletti también lo estuvo.
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