¿Hará honor Claudia Sheinbaum al perfil de "Científica, humanista y experta en cambio climático” que exhibe en su cuenta de la red social X? ¿Contaremos con una presidenta verdaderamente (pre)ocupada por la promoción de las energías limpias y el desarrollo sustentable?
Por Iván Carrillo*
En el horizonte político de 2024, México se perfila ante una posibilidad sin precedentes: no solo podría ser testigo de la primera mujer ocupando la silla presidencial, sino también de la primera líder con formación científica en ese cargo. Estos atributos reflejan la evolución de un país que, no sin tropiezos, avanza en la era del conocimiento y enfrenta la demanda de equidad de género.
Si llega al puesto, Claudia Sheinbaum marcaría otro hito histórico. Sería la primera persona miembro del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) en liderar una nación.
El IPCC, fundado por las Naciones Unidas en 1988, es más que un mero organismo. Representa la máxima autoridad en materia de cambio climático, dedicado a la evaluación y difusión de información científica para gobiernos de todo el mundo. Su labor, galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2007 junto con Al Gore, ha sido esencial para sensibilizar al mundo acerca de la crisis climática y las medidas necesarias para enfrentarla.
Aunque es cierto que varios miembros del IPCC han desempeñado roles políticos o de asesoría en niveles gubernamentales elevados, el salto de experta climática a presidenta de una nación conlleva una inmensa responsabilidad, dada la urgencia de decisiones políticas para abordar la actual crisis socioambiental.
La interrogante radica en cómo la proclamada “defensora de la 4T” enfrentará el desafío de conciliar su bagaje ecologista con la actual política pro-hidrocarburos, fuente principal, como sabemos, de emisiones contaminantes que agudizan nuestra crisis ambiental.
¿Hará honor Claudia Sheinbaum al perfil de "Científica, humanista y experta en cambio climático” que destaca en su cuenta de la red social X? ¿Dispondremos de una presidenta verdaderamente (pre)ocupada por la promoción de las energías limpias y el desarrollo sustentable?
Los ciudadanos debemos esperar —y exigir— propuestas ambientales no solo innovadoras y estratégicas, sino también efectivas, que guíen a México hacia el cumplimiento de las metas de reducción de emisiones para 2030. Junto con esto, anhelamos que el debate sobre el tema alcance profundidad y rigor, evitando caer en declaraciones como la hecha por la actual contrincante electoral de Morena, Xóchitl Gálvez, quien sugirió ofrecer energía limpia a la ultraderecha para que prosperen sus negocios.
*Periodista de ciencia, documentalista y explorador para National Geographic Society