Por M.I. Juan Escobedo Vielma
Secretario del Comité de Energía del CICM
El litio ha revolucionado la industria de las baterías, convirtiéndose en el componente clave de las baterías recargables que alimentan desde teléfonos inteligentes hasta vehículos eléctricos. Su capacidad de almacenar grandes cantidades de energía en un espacio reducido lo ha convertido en un elemento estratégico para la transición hacia un futuro más sostenible. Además de su uso en baterías, el litio encuentra aplicaciones en:
· Industria automotriz: En la fabricación de aleaciones de aluminio para reducir el peso de los vehículos y en la producción de grasas lubricantes.
· Industria farmacéutica: Como estabilizador del estado de ánimo en el tratamiento de trastornos bipolares.
· Industria cerámica y del vidrio: Como fundente para reducir la temperatura de fusión de los materiales cerámicos y mejorar la resistencia del vidrio.
El litio es un metal alcalino ligero, tercer elemento de la tabla periódica encontrándose en yacimientos de salmueras y pegmatitas (roca de color claro y textura laminar, compuesta de feldespato y algo de cuarzo), así como en aguas geotérmicas. También se encuentra en otros tipos de yacimientos formando otros minerales pero que representan un valor económico inaprovechable.
Los principales productores son Australia 86 mil toneladas por año, Chile 44, China 33, Argentina 9.6 y Brasil con 4.9
Los países con mayores recursos en millones de toneladas son Bolivia con 23, Argentina 22, Chile 11, Estados Unidos 11, Australia 8.7, China 6.8, Alemania 3.8, Canadá 3, Kinshasa 3 y México con 1.7. En el caso de Bolivia a pesar de tener los mayores recursos actualmente no aparece en el listado de países con reservas, dada las características de sus yacimientos que no han podido ser explotados.
Este metal es un elemento central en la revolución tecnológica y energética, impactando en la electrónica como en la movilidad sostenible, dada su capacidad de almacenar energía, pero que es altamente reactivo en presencia del agua y también se oxida rápidamente al contacto con el aire. Sus ventajas son significativas al soportar miles de ciclos de carga: ion litio (5000) vs las regulares de ácido-plomo
(1500), tambien existen baterías de óxido de litio y titanio que se comercializan y que pueden durar hasta 25,000 ciclos de carga, usadas en actividades industriales específicas que justifiquen la alta inversión.
Este avance no hubiera sido posible sin los desarrollos de los tres premios nobel de química del 2019 en el campo de baterías de ion-litio: Stanley Whittingham con su investigación en los 70’s. En los 80’s John B. Goodenough, haciendo las baterías más seguras, y Akira Yoshino en 1983 haciendo que las baterías fueran los suficientemente seguras para su comercialización.
El tamaño del mercado mundial en 2023 fue de $55.4 miles de millones de dólares, en 2024 $59.7 MM USD y para 2032 será de $123.4 MM USD, sin embargo el precio por tonelada está teniendo un retroceso después del boom de 2022 donde alcanzó un precio de 74,475 USD/tonelada, excediendo en mucho los $12,600 del 2021, en el 2024 ha tocado el mínimo con $10,000 dólares por tonelada, debido a efectos de la oferta y demanda donde el mercado tiene un exceso de litio disponible, efecto provocado debido a que las proyecciones del mercado chino fueron demasiado optimistas, por lo cual las principales operadoras mineras realizaron suspensiones parciales en la producción.
El litio es un material estratégico internacionalmente por lo que se espera una pronta recuperación del precio, aunque algunos analistas mencionan que el mercado estará bajo presión hasta el 2028.
En México contamos con 82 yacimientos distribuidos en Sonora con 13, Puebla 12, Oaxaca 9, Nuevo León 8, Durango 7, Chihuahua y Tamaulipas 5 cada uno, Coahuila, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, San Luis Potosí y Zacatecas 3 cada uno y Chiapas, Michoacán, Morelos, Sinaloa y Veracruz 1 a cada uno; aunque ninguno en explotación.
Actualmente, con las reformas a la Ley Minera se establece el régimen de área estratégica en el que se reserva la exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento del litio “en favor de la Nación”, por lo cual se creó el organismo público descentralizado LitioMX, que además también se encarga de la administración y control de las cadenas de valor económico de este mineral.
LitioMx colabora con el CONAHCYT con el objetivo de formar científicos que atiendan las necesidades de innovación tecnológica para el sector energético. También se coordina con el Servicio Geológico Mexicano, con quien está evaluando más de 3 mil muestras para análisis químico y más de 200 muestras para caracterización mineralógica.
Aunque queda bastante camino por recorrer se están desarrollando las bases para que en un momento dado y en un mejor panorama del mercado internacional, México ocupe un lugar importante.