Por M.I. Miguel Ángel Bribiesca Rodríguez*
México enfrenta un reto urgente en materia de agua. De acuerdo con cifras del Inegi, el 76% del recurso disponible se destina a la agricultura, lo que pone en tensión la sostenibilidad hídrica del país, sobre todo en un contexto de cambio climático y sequías más frecuentes. Esta cifra, más que alarmar, debe motivarnos a buscar nuevas formas de hacer las cosas. Una de ellas es aprovechar mejor la tecnología disponible.
La percepción remota, es decir, el uso de datos satelitales para observar y analizar condiciones en la superficie terrestre ha avanzado mucho en los últimos años. Hoy, esta herramienta puede ayudarnos a tomar decisiones más precisas sobre el uso del agua, sin necesidad de instalar sensores o equipos costosos en cada parcela.
Un ejemplo es Irriquate, una plataforma desarrollada por la Universidad de California. Esta herramienta utiliza información satelital y pronósticos del clima para dar recomendaciones prácticas sobre cuándo y cuánto regar, adaptadas a las condiciones específicas de cada cultivo. Lo más relevante es que está basada en datos públicos y no requiere infraestructura adicional en campo, lo cual la hace accesible para una gran variedad de productores.
Este tipo de soluciones que combinan ciencia, tecnología y practicidad pueden ser muy útiles para seguir fortaleciendo la gestión del agua en la agricultura. No se trata de reemplazar herramientas ya existentes, como sensores de humedad o estaciones meteorológicas, sino de sumar alternativas que aporten a una mayor eficiencia. Si se logra reducir el uso de agua en el campo sin afectar la producción, se estaría avanzando de manera importante hacia una agricultura más sustentable.
La gestión eficiente del agua no puede seguir dependiendo únicamente de infraestructura tradicional. Necesitamos herramientas modernas, accesibles y basadas en datos. La percepción remota ofrece esa posibilidad, y debemos aprovecharla.
Contar con información confiable es el primer paso para tomar mejores decisiones. México tiene el conocimiento técnico, el talento humano y las alianzas internacionales necesarias para incorporar estas tecnologías.
Desde el Comité de Medio Ambiente y Sustentabilidad del Colegio de Ingenieros Civiles de México, consideramos que este tipo de tecnologías podrían integrarse en los programas
públicos relacionados con agricultura, recursos naturales y cambio climático. También deberían tomarse en cuenta en los planes estatales y municipales de desarrollo rural, así como en la elaboración de normativas para el manejo del agua.
*Integrante del Comité de Medio Ambiente y Sustentabilidad