El problema del gusano barrenador está fuera de control en Chiapas, pero ni el gobierno federal ni el estatal quieren reconocerlo y por si algo faltara hay otra mezcla negativa: los ganaderos no están contribuyendo para solucionarlo y Estados Unidos queda a deber con la parte que le toca.

De acuerdo con el censo más reciente del INEGI de 2022, Chiapas es uno de los principales estados productores de ganado bovino a nivel nacional, con más de 1.6 millones de cabezas. Gran parte de ellas están en riesgo, igual que en estados vecinos como Tabasco.

Empresarios y veterinarios consultados para esta columna denuncian que un gran número de productores están detectando una ola del gusano como nunca antes se había visto, pero omiten reportar las infecciones por miedo a que les impongan una cuarentena que los deja sin vender el ganado en pie, es decir animales vivos como los becerros que van de 200 a 300 kilos.

Uno de ellos explica que la semana pasada una vaca parió, pero la herida no sanó y el gusano barrenador no tardó en aparecerse. Las cortaduras y lesiones son su hábitat favorito, el espacio ideal para desarrollarse. Las alternativas son pocas: un spray que supuestamente lo mata o el azul, una tinta que se aplica cuando el ganado está lastimado. Otra es la inyección de ivermectina, aquel medicamento que se hizo famoso en México porque el gobierno de Claudia Sheinbaum, cuando era jefa de gobierno, decidió utilizarlo para experimentar en ciudadanos enfermos de Covid.

A eso hay que sumar que las revisiones en los puntos de inspección sanitaria son laxos. Relatan que la autoridad solamente supervisa “las panzonas”, camiones de dos pisos que transportan reses o cerdos, que dicho sea de paso tampoco están libres del gusano barrenador. Pasan libremente las camionetas que llevan dos o tres animales.

Otro factor que alimenta el problema de acuerdo con lo relatado es la venta y corrupción alrededor de los aretes para marcar el ganado, especialmente en el norte del estado. Se utilizan especialmente en animales que llegan de Guatemala a menor precio, pero que nadie tiene certeza sobre si pasaron las medidas necesarias como la aplicación de vacunas como la de la rabia.

Para rematar, los ganaderos recuerdan con nostalgia cuando en 2006 el gobierno de Estados Unidos decidió cerrar la planta productora del insecto estéril en Ocozocoautla. Ahí criaban masivamente los gusanos barrenadores machos para esterilizarlos con radiación y luego liberarlos en las zonas infestadas. Las hembras silvestres se apareaban con esos machos inútiles y no producían crías, lo que llevaba a una reducción progresiva de la población hasta lograr erradicarla. La estructura se movió a Panamá, pero los empresarios aseguran que no ha funcionado conforme a lo planeado y que actualmente están suspendidos los vuelos de avionetas que dejaban caer el insecto por todo el territorio estatal.

Stent:

Dicen que no tenían amenazas, pero en el propio gabinete de la Ciudad de México saben que eso es mentira.

claudio8ah@gmail.com

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