Hace apenas unos días, el 26 de junio, tuvo lugar la conmemoración del Día Internacional contra el Uso Indebido y Tráfico Ilícito de Drogas . En esta misma fecha, año con año la Oficina de Naciones Unidad contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) publica el Informe Mundial sobre las Drogas, que proporciona un análisis a profundidad de la oferta y demanda de sustancias, así como su impacto en la salud, tomando en cuenta para el momento actual, los posibles efectos de la pandemia de COVID-19. Este informe tiene el objetivo de fomentar una mayor cooperación internacional para contrarrestar el impacto de las drogas en la salud, gobernanza y seguridad, pero también para ayudar a los países a anticipar y abordar los desafíos que puedan surgir en el futuro.

En el informe 2021, se advierte que alrededor de 275 millones de personas en todo el mundo utilizaron drogas durante el último año, mientras que más de 36 millones sufrieron trastornos asociados a su consumo. El aumento acelerado en la utilización de drogas se puede deber, en parte, a una menor percepción de los riesgos que traen consigo. En el caso del cannabis, resulta alarmante que la proporción de adolescentes que perciben esta droga como dañina ha disminuido en 40% en los últimos veinte años. Las encuestas en niñas, niños y jóvenes de distintas partes del mundo confirman esta tendencia. De manera paralela, preocupa que la potencia de los productos de cannabis se ha cuadruplicado en los Estados Unidos, pudiendo tener repercusiones importantes en el contexto nacional, considerando la estrecha relación de México con el país vecino. El porcentaje de THC, principal componente psicoactivo del cannabis, pasó de 4 a 16% entre 1995 y 2019, lo que deja en evidencia la necesidad de acortar la brecha entre la percepción y la realidad de utilizar drogas, educando a la población para proteger la salud pública; lo anterior cobra mayor relevancia frente a los cambios en las políticas de drogas en nuestro país con la reciente anulación de los artículos de la Ley General de Salud que impiden el consumo “recreativo” de mariguana. Combatir la información errónea sobre los efectos del consumo del cannabis es crucial para que cada persona, especialmente los jóvenes, puedan tomar decisiones basadas en una percepción precisa de los riesgos, sobre todo, de cara a la regulación de esta sustancia en nuestro país.

El informe también señala que, si bien el mercado de drogas en la llamada red oscura −espacio digital utilizado para diversas actividades ilegales− surgió hace menos de diez años, hoy en día las ventas contabilizan millones de dólares, y el confinamiento por la pandemia puede haber impulsado el crecimiento del negocio por esta vía. El aumento de las ventas en internet podría transformar los patrones de distribución y consumo de drogas en todo el planeta. Hay quienes afirman que comprar drogas en línea puede ser tan sencillo como adquirir cualquier producto de uso doméstico desde una plataforma digital: el cliente selecciona la mercancía, realiza el pago y espera unos días hasta que el producto llegue a su casa mediante un servicio de mensajería. El cliente y el vendedor nunca se conocen, no hace falta salir de casa, ni visitar lugares clandestinos.

El cannabis es la droga que genera más ventas en la red oscura, mientras que la mayor actividad comercial en los motores de búsqueda tradicionales de internet es acaparada por las nuevas sustancias psicoactivas y los precursores utilizados para la fabricación de estupefacientes sintéticos. Los precursores de drogas se comercializan como “sustancias químicas de investigación” y “reactivos de laboratorio”. Estos pueden ser utilizados indebidamente por los traficantes para desviar su uso legal como antigripales, plásticos o fertilizantes y en su lugar, utilizarse en la elaboración de distintos tipos de drogas, como las anfetaminas. Todo parece indicar que las drogas son cada vez más accesibles.

La innovación tecnológica, sumada a la agilidad y adaptabilidad de quienes utilizan las nuevas plataformas digitales para vender drogas, puede dar como resultado un mercado globalizado en el que se podrían obtener más sustancias en más lugares. En este sentido, la UNODC destaca que un fenómeno de esta naturaleza solo puede tener una respuesta global, con herramientas innovadoras y respetuosas de los derechos humanos para investigar el espacio virtual sin fronteras. También, subraya que todos los países deben desarrollar la capacidad para investigar delitos en internet como el narcotráfico y que para combatir el flujo financiero ilícito del tráfico de drogas, será necesario regular y supervisar los mercados de criptomonedas, así como vigilar los pagos electrónicos para detectar operaciones sospechosas y denunciarlas.

El panorama que describe el nuevo informe sobre las drogas no es alentador. En el mundo, cada vez existen más consumidores; hay una mayor disponibilidad de las sustancias; una menor percepción del riesgo de utilizarlas; las drogas tienen mayor potencia y en muchos casos se desconocen todos sus efectos; al mismo tiempo que está en aumento el número de personas que desarrollan problemas derivados del consumo y también, el número de fallecimientos asociados al uso de drogas.

En nuestro país, como en la mayor parte de Latinoamérica tenemos el reto de atender el creciente uso de metafentaminas, el alto consumo de cocaína y el aumento de la demanda de tratamiento por uso problemático de mariguana sobre todo combinada con alcohol, que presenta riesgo de intoxicación psicótica. Hoy por hoy, en los Centros de Integración Juvenil las drogas de mayor impacto, es decir por las que se solicita mayor tratamiento, son los estimulantes anfetamínicos y la mariguana. Uno de los programas a fortalecer es la reducción de daños, sobre todo como dictan las Naciones Unidas, “Informar para salvar vidas”, informar de los daños que ocasiona el uso combinado de sustancias. La atención efectiva ante situaciones emergentes como estos nuevos retos, requiere la asignación de mayores recursos para tratamiento y prevención y de esta manera por lo menos mitigar los daños que se están presentando en muchos jóvenes de nuestro país.

Si tú o alguien que conoces necesita ayuda, comunícate a la línea telefónica de atención psicológica de Centros de Integración Juvenil, al 55 52 12 12 12, por WhatsApp al 55 45 55 12 12 o a través de mensajería instantánea en Facebook (@CIJ.OFICIAL). Conoce su red de atención y todos los servicios en www.gob.mx/salud/cij.

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