En diversos artículos hemos abordado temas importantes que las autoridades y las personas aspirantes a la presidencia de la República deben considerar para impulsar verdaderamente la inclusión financiera en México. Dos elementos críticos en esta ecuación son la educación financiera y el impulso a las finanzas abiertas.
México enfrenta un rezago en educación financiera. Actualmente, solo 2 de cada 10 personas llevan un presupuesto, y una proporción aún menor comprende conceptos básicos como los pagos electrónicos. Además, existe una brecha de desigualdad en el uso de medios digitales. Sólo 1 de cada 10 personas con educación primaria que residen en comunidades rurales utiliza una aplicación celular para consultar su saldo o realizar transacciones, en comparación con 8 de cada 10 personas con educación universitaria que viven en áreas urbanas. Los bajos niveles de educación financiera dificultan el uso responsable de los servicios financieros, lo que aumenta la probabilidad de que las personas experimenten estrés financiero.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) ha realizado importantes esfuerzos para promover la educación financiera y reducir el estrés financiero de la población. No obstante, es crucial continuar avanzando en el uso de la tecnología como una aliada para impulsar la difusión de conocimiento y conceptos básicos de finanzas personales. Además, es necesario que las empresas de finanzas incorporen la educación financiera como un eje central del modelo de negocio, ofreciendo productos y servicios intuitivos que guíen a las personas hacia decisiones responsables y hábitos financieros saludables.
Asimismo, es importante resaltar que una sólida educación financiera facilita la implementación de esquemas exitosos como el de las finanzas abiertas. Las finanzas abiertas son un modelo de intercambio de datos en el que, con el consentimiento del usuario, distintas entidades comparten información financiera de manera segura para diseñar nuevos productos y servicios financieros más adecuados para las necesidades específicas de la persona. Para aprovechar al máximo el potencial de este esquema, es fundamental que los usuarios tengan un mayor conocimiento sobre el manejo y las oportunidades que brindan los servicios financieros digitales.
En 2020, con la visión de impulsar un sistema financiero digitalizado, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Banco de México realizaron un importante avance y publicaron las primeras reglas para regular las finanzas abiertas; no obstante, aún están pendientes las regulaciones secundarias sobre datos transaccionales. Un sistema de finanzas abiertas en México fomentaría el acceso a productos financieros innovadores y personalizados, así como la competencia por ofrecer tarifas más bajas y una experiencia del cliente más segura.
Es de reconocerse el esfuerzo constante de la CNBV por impulsar el desarrollo y la modernización del sector financiero. A través de su compromiso con la mejora regulatoria, la incorporación de tecnologías avanzadas y la promoción de una mayor competencia, ha demostrado su dedicación a hacer accesibles los servicios y productos financieros a toda la población. Aún así, reconociendo que siempre hay margen de mejora, es de suma importancia la alineación y colaboración entre el sector privado y los reguladores, buscando acelerar aún más los esfuerzos hacia una inclusión financiera más equitativa en el país.
Es hora de devolverle a las y los mexicanos el poder sobre sus datos financieros y cambiar la forma en la que se relacionan con su dinero. Por ello, es fundamental que las autoridades reguladoras actúen con prontitud para superar estos obstáculos y desbloquear todo el potencial de las finanzas abiertas en México. Por nuestro lado, las empresas de finanzas digitales debemos tomar un papel más activo en la educación financiera y promover la oferta de programas educativos digitales y de productos que funcionen como herramientas de educación financiera, a través de facilitar su uso responsable.
Maestro en Políticas Públicas por la Universidad de Harvard, Director de Políticas Públicas de Nu México y Consejero de México Exponencial
