Toño vive en la ciudad de Puebla, se graduó con honores en la carrera de ingeniería en Computación y consiguió un buen puesto en una empresa. Los papás de Toño viven en Coyomeapan, una comunidad lejana e históricamente marginada en el estado de Puebla. Cada quincena, Toño les lleva dinero en efectivo, ya que ellos no han podido abrir una cuenta bancaria, aun y cuando lo han intentado en diversas instituciones. La sucursal más cercana está a más de una hora de su casa y les piden tantos datos y documentos que les resulta abrumador. Tampoco han podido terminar el proceso de apertura de una cuenta digital ya que su celular no tiene una buena cámara y su identificación ya está muy desgastada.
La situación de Toño deriva de dos temas relevantes que deben ser atendidos en cualquier estrategia de inclusión financiera: la apertura remota de cuentas y la verificación digital. La primera, también conocida como onboarding digital, se realiza a través de medios electrónicos y es la forma más efectiva de llevar servicios financieros a todas las regiones del país, sobre todo las más alejadas que no cuentan con sucursales bancarias o tienen problemas de movilidad.
Si bien la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha realizado importantes avances en permitir la apertura remota de cuentas, aún existen barreras que dificultan el proceso. Por ejemplo, se pide una videograbación del cliente, misma que debe cumplir ciertos requerimientos técnicos, para cotejar su identidad con la identificación que proporciona y servir como prueba de vida. Muchas personas que no están familiarizadas con grabar y subir videos, no logran completar este paso, abandonan el proceso y se quedan fuera del sistema financiero.
Aunado a lo anterior, es necesario promover la verificación digital segura con el fin de potenciar la inclusión financiera. El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) señala que contar con sistemas de identificación digital sólidos y fiables permite un mayor acceso al sistema financiero y mejora la experiencia de los usuarios. Un ejemplo es el caso de India, donde en 2009 el gobierno lanzó Aadhaar, un programa que otorga a la ciudadanía un número único vinculado a datos biométricos. Esta iniciativa ha alcanzado a 1.2 mil millones de personas, cubriendo un 95% de los adultos en el país. Aadhaar ha facilitado el acceso a diversos servicios, incluyendo financieros, y ha propiciado la apertura de millones de nuevas cuentas gracias a la simplificación del proceso de identificación digital.
En el caso de México, la ausencia de una identificación digital limita el acceso de las personas a los servicios financieros que se ofrecen digitalmente. La normativa exige corroborar la información biométrica de la persona y la validez de la identificación proporcionada para la apertura remota de ciertas cuentas. No obstante, dichas comprobaciones pueden realizarse únicamente con la Credencial para Votar del Instituto Nacional Electoral (INE). Esto restringe el acceso a personas que podrían identificarse con otros documentos de identidad que utilicen biométricos.
¿Qué se puede hacer? Para facilitar la apertura remota de cuentas es necesario simplificar los requisitos técnicos como la videograbación. Con respecto a la verificación digital, un paso en la dirección correcta es trabajar en una identificación digital universal como el caso de India. Situaciones como la de la familia de Toño y muchas otras personas, pueden cambiar, y así acceder a servicios financieros de manera fácil y segura.
Maestro en Políticas Públicas por la Universidad de Harvard, Director de Políticas Públicas de Nu México y Consejero de México Exponencial