"La vida no vale nada

Comienza siempre llorando

Y así llorando se acaba

Por eso es que en este mundo

La vida no vale nada".

- José Alfredo Jiménez -

"No se puede publicar un documento sobre física

sin los datos completos y los resultados experimentales,

y esto debería ser la norma en periodismo ".

- Julián Assange -

El 22 de junio del año 2004 a las 14:00 horas estaba sentado en el salón principal del hotel Presidente Intercontinental de la hoy CDMX en el acto de renovación de la Presidencia del Consejo Coordinador Empresarial ( CCE ). En la mesa contigua estaba ubicado mi Máximo Mentor, que se me acercó diciéndome al oído: " Tienes que volar de inmediato a Tijuana, acaba de ocurrir una lamentable tragedia, han asesinado al editor general del Semanario Zeta, tengo entendido que es tu amigo ", me levante de inmediato para trasladarme al aeropuerto. Durante el trayecto solo atine a recordar la conversación que tuve con el Licenciado Francisco Ortiz Franco el sábado previo a su desaparición en una fiesta familiar que me convido amablemente, fue la última vez que le di un abrazo, de esto han pasado 20 años tristemente y el crimen sigue dolorosamente impune. No, hoy no voy a escribir de su partida, este día, en esta entrega, quiero homenajearlo recordando su vida, su maravillosa vida, su magnífica trayectoria, su pluma,

su integridad a toda prueba, su seriedad al igual que su sentido del humor muy especial, su erudición, particularmente su amor por las leyes, el derecho, la justicia e igualdad. Pancho, como le decían los íntimos, aunque era mucho más frecuente llamarle Licenciado, como todo el mundo le decía, nació un 8 de septiembre en el año 1954 en la tierra del inmortal José Alfredo Jiménez, Dolores Hidalgo, Guanajuato, cuna de la Independencia de México. Llegó muy joven a Tijuana, Baja California, donde estudió la carrera de Abogado, de Licenciado en Derecho. El que teclea lo conoció -como olvidarlo- curiosamente después de un acto político en la fosforescente ciudad de Mexicali, la capital de mi estado natal, el día 7 de octubre del año 1998, en esa fecha coincidimos en la toma de protesta del nuevo gobernador Don Alejandro González Alcocer ( Ciudad de México, 24 de abril de 1951 ) que substituyó en el cargo a Don Héctor Terán Terán (3 de abril de 1931, Moctezuma, Sonora / 4 de octubre de 1998, Mexicali) que falleció inesperadamente a la mitad de su mandato unos días antes. Amigos en común nos presentaron, lo invité a cenar sorprendiéndome gratamente al aceptar y como dice el final de la película "Casa Blanca", este debe ser el inicio de una nueva amistad, como afortunadamente sucedió. El Licenciado Francisco Ortiz Franco, junto con Don Jesús Blancornelas (14 de noviembre de 1936, San Luis Potosí / 23 de noviembre de 2006, Tijuana) y Don Héctor "EL GATO" Felix Miranda (21 de julio de 1941, Choix, Sinaloa / 20 de abril de 1988, Tijuana) - desaparecido por las balas de la sin razón - fundaron el prestigiado Semanario Zeta en el año 1980, después de ser despojados del Diario ABC, donde cimentaron su respetable crédito además de su incomparable fama de incorruptibles. Esta terna, Don Jesús y Don Héctor, como codirectores y el Licenciado Ortiz Franco como editor general, lograron un proyecto periodístico trascendental ejemplo de libertad, de libertad de expresión, de libertad absoluta en el hacer, el publicar y señalar que ha costado sangre, vidas y amenazas permanentes. Como enfáticamente fue señalado, durante su viril disertación en la ceremonia del aniversario número 30, por el inconmensurable Maestro Don Miguel Ángel Granados Chapa (10 de marzo de 1941, Mineral del Monte, Hidalgo / 16 de octubre 2011, CDMX) "Son demasiadas cruces para un directorio periodístico", acto celebrado en abril del año 2010, en digno acontecimiento que encabezó el propio Don Miguel Ángel, además de Don Julio Scherer García (7 de abril de 1926 / 7 de enero de 2015 ambas fechas en CDMX) y Doña Carmen Aristegui (16 de enero de 1964, CDMX), celebrado en el CECUT, El Centro Cultural Tijuana. La seriedad habitual del Licenciado Ortiz Franco, inevitablemente contrastaba con el absoluto desparpajo de Don Héctor y la punzante al igual que temida personalidad de Don Jesús, pero sin la mayor duda, ambos lo respetaban totalmente, no sólo como un gran periodista, sino principalmente como Abogado envuelto en una monumental sensatez y objetividad. Cuenta la leyenda que inevitablemente tenía la última palabra en cualquier diferendo y miren Queridas Amigas, Queridos Amigos, Distinguidos Lectores, eso en el Semanario es como una vocación permanente, que ya les contaré en la próxima entrega, porque para variar está ya se alargó de más.

Finalizó agradeciendo eternamente el favor de su generosa atención, enviando un fuerte y sentido abrazo a Don Francisco Ortiz Franco al cielo junto al Creador donde seguramente se encuentra este buen y gran señor, al que seguimos y seguiremos recordado con la mayor admiración y gran cariño.... Continuará.

Hasta siempre, buen fin.

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